Hace 23 años, Ammar Al-Ziben fue detenido por las fuerzas israelíes cuando se dirigía a Cisjordania desde Jordania. Un tribunal israelí lo acusó posteriormente de ser miembro de la Brigada Al-Qassam y lo condenó a 27 cadenas perpetuas.
Después de que las autoridades israelíes se negaran a liberarlo en un acuerdo de canje de prisioneros con el grupo de resistencia palestino Hamás, decidió impugnar su detención.
En 2011, Ammar consiguió sacar su esperma de la cárcel para engendrar un hijo.
"Nos sorprendió que las autoridades israelíes excluyeran a mi padre del acuerdo. El mundo se oscureció en nuestras caras, pero mi padre decidió crear una luz para nosotros", dijo la hija de Ammar, Bashaer Al-Ziben, de 25 años, que tenía un año y medio cuando su padre fue encarcelado.
La esposa de Ammar, Dalal, se sometió entonces a una fecundación in vitro (FIV) y Mohannad Zebin nació en agosto de 2012, siendo la primera vez que un bebé palestino nace de esta manera.
Desde la aldea de Maythalon, cerca de la ciudad ocupada de Jenin, Bashaer dijo que conocer a su hermano fue el día más feliz de su vida.
"Su nacimiento fue como una nueva luz y esperanza para mí, mi hermana y nuestros padres", dijo.
Ammar perdió a sus padres tras su detención, lo que fue muy doloroso para Dalal y sus dos hijas. Su madre, Aishah Zebin, murió en 2004 cuando hizo una huelga de hambre para protestar contra la detención de su hijo y otros jóvenes palestinos. En 2009, la familia perdió a su abuelo.
Sin embargo, la llegada de Mohannad y, más tarde, de otro bebé, Salah Al-Din, de nuevo mediante esperma de contrabando, devolvió la sonrisa a la familia.
Hasta ahora, más de 50 reclusos casados han seguido a Ammar y han contrabandeado su líquido seminal para engendrar 96 bebés. Los palestinos han llamado a estos bebés "embajadores de la libertad".
Las autoridades israelíes tratan a estos niños como ilegítimos y han obstaculizado la expedición de documentos de identidad, especialmente para los que proceden de Jerusalén.
Tras su nacimiento, Mohannad y Salah Al-Din sólo visitaron a su padre en tres ocasiones, después de las numerosas alegaciones presentadas en los tribunales israelíes por organizaciones de derechos humanos.
"Mohannad y Salah Al-Din están emocionalmente unidos a nuestro padre, a pesar de que su relación con él es sólo por llamadas telefónicas. No han tenido ningún abrazo ni contacto físico con nuestro padre", dijo Bashaer.
Ammar es autor de cuatro libros que escribió en la cárcel. Su novela "Cuando las naranjas florecen" fue galardonada con el primer premio en el festival del concurso cultural de 2010 en Jerusalén.
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