Marruecos ha decidido conceder asilo político al ex líder de Cataluña, Carles Puigdemont, en un nuevo y provocador movimiento contra España, que recientemente permitió la entrada en su territorio del presidente saharaui Brahim Ghali. Puigdemont es acusado por las autoridades españolas de provocar la discordia tras su intento de separar Cataluña de España en 2017.
Según una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, la decisión de asilo se basó en "el principio de reciprocidad para acoger al líder independentista catalán" como respuesta a que el secretario general del Frente Polisario acudiera a España para recibir tratamiento tras contraer la Covid-19.
El periódico español El País citó a un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores español diciendo que acoger a Ghali "estaba motivado por razones puramente humanitarias". La fuente subrayó que al líder del Polisario se le permitió ser hospitalizado en el país europeo porque solía vivir allí como representante del movimiento.
Las diferencias políticas se han intensificado entre Madrid y Rabat en los últimos tiempos, sobre todo por la demarcación de la frontera marítima, considerada por los observadores como uno de los temas más delicados que quedan sin resolver, así como por la posición de España ante el reconocimiento de Donald Trump de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Los españoles reiteraron su apoyo a la legitimidad internacional, lo que Rabat vio como una posición negativa viniendo de un Estado vecino y socio estratégico del Reino.
Estas diferencias ensombrecen a la opinión pública española, especialmente en los medios de comunicación y en los círculos políticos, que critican las políticas marroquíes, especialmente lo que llaman el "enfoque de chantaje" que supuestamente utiliza Rabat al inundar la región con inmigrantes ilegales y narcotraficantes. El partido español Vox ha pedido sanciones económicas para Marruecos por este "chantaje".
El partido vinculó la llegada de decenas de inmigrantes ilegales marroquíes al enclave español de Ceuta tras nadar desde el lado marroquí de la frontera, y los intentos de otros inmigrantes de cruzar la barrera que separa Marruecos de Melilla, con la recepción por parte de España del líder del Polisario.
El Frente Polisario también expresó su malestar por los últimos movimientos de Marruecos. Un miembro del Secretariado Nacional del movimiento, Oubi Buchraya Bachir, declaró que Rabat está utilizando el mismo enfoque que siempre ha mantenido. "Es realmente inapropiado utilizar esto como pretexto para chantajear a España en cuestiones económicas, comerciales y de inmigración", concluyó Bachir.