La semana pasada comenzó en Ginebra una reunión informal relacionada con las conversaciones de paz sobre Chipre. Fue una iniciativa del Secretario General de la ONU, António Guterres, en su búsqueda de un terreno común para la reanudación de las conversaciones con el fin de encontrar una solución duradera a la disputa de décadas.
Tras el fracaso de las conversaciones de paz de Chipre de 2017, está claro que el propósito de la ONU con esta reunión era determinar si existe un terreno común para que las partes negocien una solución duradera al problema de Chipre en un marco temporal previsible. El conflicto de Chipre se considera el tercer asunto más importante al que se enfrenta la ONU después de Palestina y la crisis de los rohingya.
En 2017, la ONU patrocinó diez días de conversaciones de paz en los Alpes suizos. Estas llegaron a un abrupto final tras estallar en una pelea a gritos sobre una propuesta de solución federal. Esto supuso un revés para los esfuerzos por resolver la crisis de 43 años. La razón principal fue la falta de voluntad política de la parte griega para compartir la riqueza y la administración de la isla con los turcochipriotas. Así lo pusieron de manifiesto tanto ellos como otros actores internacionales.
Esta falta de voluntad política se manifestó no sólo en los dirigentes grecochipriotas, sino también en Grecia en general. Esto se reflejó en el rechazo del Plan [Kofi] Annan en un referéndum de 2004 en el que el 75% votó "no".
Ahora, cuatro años después de que fracasaran las últimas conversaciones de paz, los líderes grecochipriotas y turcos rivales se han reunido en Ginebra para discutir el futuro de su dividida isla mediterránea.
Ministro de Asuntos Exteriores: Turquía apoya firmemente la solución de dos Estados en Chipre
Oficialmente, el Secretario General de la ONU anunció que había convocado a las partes a una nueva reunión para evitar el colapso total de los esfuerzos de paz. Lamentablemente, las declaraciones de las partes griega y turca indican que no es posible iniciar inmediatamente las negociaciones oficiales. De ahí que se haya acordado una reunión informal con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Turquía.
Durante esta reunión, quedó claro que la parte griega no está dispuesta a considerar a los turcochipriotas como iguales. "Los turcochipriotas no serían los iguales soberanos en el Estado y la sociedad", dijo el líder griego Nikos Anastasiadis a Guterres. Rechazó las propuestas de la ONU. El líder grecochipriota no acepta sumarse a las negociaciones orientadas a los resultados y con un plazo determinado, bajo el control del Secretario General de la ONU, para establecer un acuerdo de cooperación mutuamente aceptable.
A pesar de los obstáculos, la ONU sigue comprometida con una solución pacífica para este problema de larga duración. En este contexto, el papel de Gran Bretaña es importante como garante de la integridad territorial de la isla, según el Tratado de Nicosia de 1960. Sin embargo, al dejar de ser miembro de la UE, Gran Bretaña no podrá actuar con mayor independencia ni lanzar amenazas a Turquía sobre su posible adhesión a la UE. Así lo señaló el domingo el presidente turco-chipriota Ersin Tatar al instar al primer ministro británico, Boris Johnson, a apoyar una solución de dos Estados.
"Gracias al Brexit, el Reino Unido podría desempeñar un papel crucial en las conversaciones de Ginebra de la próxima semana para lograr una solución pacífica a la crisis política que ha dividido la isla de Chipre durante casi 60 años", dijo Tatar.
Según un miembro del Comité Presidencial de Tatar, no es difícil predecir los resultados de las conversaciones en Ginebra. "El Secretario General de la ONU empezará a reunirse con Ersin Tatar primero", me dijo. "Los funcionarios de la ONU que venían a la isla desde hace años se reunían primero con los dirigentes griegos. Esta vez, el Secretario General de la ONU dará un gran paso. Este es el poder diplomático de Turquía".
Señaló que la cuestión de Chipre está ahora en discusión internacional gracias a la firme voluntad de Turquía. "No se resolverá negando la presencia turca en la isla".
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Para entender qué tipo de impacto tendrá Turquía en esta reunión de paz dirigida por la ONU, merece la pena recordar lo que dijo el ministro de Asuntos Exteriores Mevlut Cavusoglu durante una conferencia de prensa tras el segundo día de la reunión, en particular que el líder grecochipriota no aportó ninguna visión nueva a las conversaciones sobre Chipre, sino que repitió la vieja retórica; Turquía seguirá apoyando una solución de dos Estados basada en la igualdad soberana respaldada por la República Turca del Norte de Chipre; y Ankara no transigirá en cuanto a la independencia, la soberanía y la igualdad de la República Turca del Norte de Chipre.
Cavusoglu añadió que eran conscientes de que algunos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU podrían presionar a Turquía y a los turcochipriotas, y de que la UE podría empezar a considerar la cuestión de Chipre como un asunto UE-Turquía. "La UE, especialmente, seguirá utilizando el lenguaje de la amenaza, ya que es importante para las relaciones entre Turquía y la UE. Lo prevemos".
Es importante entender que Turquía ha invertido mucho en los turcochipriotas desde el Plan Annan de 2004 y ha pagado un grave precio legal y político. Con el descubrimiento de nuevos y vastos recursos energéticos en el Mediterráneo Oriental, se ha vuelto impensable que Turquía deje a Chipre turco a merced de los intereses de estados rivales.
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