El ejército iraquí anunció ayer que dos misiles habían atacado la base aérea de Ain Al-Asad, donde están estacionadas las fuerzas estadounidenses, en el tercer ataque de este tipo en tres días.
La unidad de medios de comunicación del ejército dijo en un comunicado que los dos proyectiles cayeron en un sector desocupado de la base aérea de Ain Al-Asad, "sin causar daños ni víctimas".
Ataques similares con misiles se produjeron el domingo por la noche y de nuevo el lunes por la noche en una base aérea del aeropuerto de Bagdad que alberga a las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos, y en la base aérea de Balad, que acoge a contratistas estadounidenses, al norte de Bagdad, respectivamente.
Aunque ninguna parte ha reivindicado la autoría de los atentados, Washington suele culpar a las facciones armadas iraquíes proiraníes de este tipo de ataques.
El martes, el primer ministro iraquí, Mustafá Al-Kadhimi, habló de la presencia de unos 2.500 soldados estadounidenses en Irak con el enviado estadounidense Brett McGurk.
En un comunicado emitido por la oficina del primer ministro se afirma que Al-Kadhimi y McGurk están trabajando en la fijación de un calendario para la retirada de las fuerzas de combate estadounidenses de Irak.
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