Turquía y Egipto iniciaron el miércoles dos días de "consultas políticas" con el objetivo de restablecer sus relaciones. Cada delegación estaba dirigida por un viceministro de Asuntos Exteriores, con Sedat Önal en la presidencia por parte de Turquía y Hamdi Loza al frente de la egipcia. Ambos países describieron las conversaciones como "exploratorias".
Los informes citaban a los ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países diciendo que estaban estudiando "los pasos necesarios que pueden conducir a la normalización de las relaciones entre los dos países, bilateralmente y en el contexto regional". Las consultas se produjeron días después de que el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, hablara por teléfono con su homólogo egipcio, Sameh Shoukry.
Las relaciones entre Ankara y El Cairo son tensas desde el golpe militar de 2013 encabezado por el actual presidente egipcio, Abdel Fattah Al-Sisi, contra el primer presidente elegido democráticamente, Mohamed Morsi. Turquía también condenó enérgicamente la sangrienta represión de los manifestantes antigolpistas en la que murieron miles de personas a manos de las fuerzas de seguridad y decenas de miles resultaron heridas. Se calcula que el número de presos políticos resultantes de la represión es de unos 60.000, "pero recopilar esa información es extremadamente difícil", declaró Amnistía Internacional a principios de este año.
En respuesta al fuerte apoyo turco a los egipcios que se oponían al golpe militar, entre ellos miembros de los Hermanos Musulmanes y liberales, El Cairo expulsó al embajador turco. Ankara redujo entonces los lazos con el país norteafricano.
Otra cuestión que ha provocado un aumento de la hostilidad entre ambos países ha sido el apoyo de Turquía al gobierno libio de Trípoli, reconocido internacionalmente, contra el mariscal de campo Khalifa Haftar, renegado y apoyado por Egipto, en Tobruk. También han surgido disputas marítimas en el Mediterráneo oriental, que han empujado a El Cairo a ponerse del lado de Grecia contra Turquía. Inevitablemente, dado el apoyo de Arabia Saudí al régimen de Al Sisi tras el Golpe de Estado, el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul, así como el bloqueo de Riad a Qatar, aliado de Turquía, han agravado la ruptura de las relaciones.
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Sin embargo, a pesar de las cuestiones políticas y diplomáticas, las relaciones comerciales y económicas han continuado aparentemente con normalidad. De hecho, según los analistas egipcios, el comercio ha aumentado entre los dos países, y los productos turcos de alta calidad están disponibles en los mercados egipcios a precios muy bajos.
Los esfuerzos por restablecer los lazos entre Ankara y El Cairo comenzaron el año pasado, cuando ambos sintieron los efectos de los problemas mundiales en los asuntos regionales. Hace tiempo que en Turquía se entiende que debe reducir el número de sus enemigos si quiere tener éxito en asuntos internacionales. Además, el hecho de que cada uno tenga una larga costa en el mar Mediterráneo, rico en gas, les ha empujado a buscar la reconciliación.
El 12 de marzo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan reveló que ambos países habían iniciado contactos "de inteligencia, diplomáticos y económicos". Al mismo tiempo, dijo que esperaba tener unos lazos "fuertes" con Egipto.
Estas señales positivas llegaron desde ambas capitales. El gobierno turco pidió a las vías de televisión por satélite con sede en Estambul y vinculadas a los grupos de la oposición egipcia que moderaran su cobertura política crítica del régimen de El Cairo. Las vías lo hicieron inmediatamente. Esta medida fue elogiada por El Cairo como "una buena iniciativa de la parte turca que establece una atmósfera favorable para discutir los temas de disputa entre las dos naciones".Al mismo tiempo, mientras el nuevo gobierno libio refuerza sus vínculos con Turquía, Egipto se distancia de Haftar. El ex funcionario egipcio Hussein Haridi declaró a Al Jazeera a principios de esta semana que El Cairo sólo se había involucrado en Libia en apoyo de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Por otra parte, Egipto anunció recientemente que está buscando licitaciones para la exploración de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental, reconociendo la zona económica exclusiva (ZEE) demarcada por Turquía. Ankara cree que este movimiento, que sitúa la narrativa turca sobre las fronteras marítimas por encima de la posición del gobierno griego, es una señal positiva para normalizar los lazos. El ministro de Asuntos Exteriores, Cavusoglu, ha dicho incluso que Turquía podría negociar un acuerdo de demarcación marítima con Egipto en el Mediterráneo.
No parece haber duda, por tanto, de que la disputa entre ambos países va camino de ser historia. Egipto no está solo en esto. Según Bloomberg, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí también están tratando de restablecer sus propias relaciones con Turquía para impulsar la seguridad y el comercio regionales.
Sin embargo, hay quien sigue preguntándose cómo puede Turquía ser amiga de Egipto mientras sigue acogiendo a figuras y funcionarios de la oposición críticos con el régimen de Sisi, incluidos los de los Hermanos Musulmanes. Algunos observadores han sugerido de hecho que Turquía podría entregar a individuos a las autoridades egipcias.
"Turquía está tratando con Egipto como un Estado, no como un régimen o partido político", explicó el periodista turco Hamza Takin. "Como tal, la cuestión de la oposición nunca se pondrá en la mesa de negociaciones".
Los periodistas egipcios me han dicho que los pueblos de ambos países están cerca el uno del otro, y ahora es el turno de los políticos. ¿Están los políticos turcos dispuestos a sacrificar a los miembros de la oposición egipcia radicados en Turquía para reconciliarse con Egipto? La prominente figura de los Hermanos Musulmanes, Ashraf Abdel Ghaffar, fue tajante al respecto: "La respuesta es no". En declaraciones a Al Jazeera, Abdel Ghaffar dijo que a los grupos de la oposición egipcia en Turquía, que incluyen tanto a liberales como a islamistas, se les había asegurado que el impulso de Turquía para mejorar las relaciones con El Cairo no sería a costa de ellos.
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