Las mezquitas de la Franja de Gaza aclamaron una "victoria" y se escucharon oraciones en todo el enclave cuando se estableció un alto el fuego en Gaza a las 2 de la madrugada hora local (11 de la noche GMT), poniendo fin a 11 días de la campaña de bombardeos más feroz que ha sufrido la Franja desde 2014.
Más de 230 palestinos murieron en el brutal ataque de Israel que comenzó el 10 de mayo, entre ellos 65 niños. Otros 1.700 resultaron heridos, mientras que muchos miles perdieron sus hogares. También murieron 12 israelíes.
Se pudo ver a los palestinos tirarse al suelo en postración a modo de agradecimiento a Dios. Las celebraciones resonaron en toda la Franja asediada, en la Cisjordania ocupada y en Jerusalén, donde se lanzaron fuegos artificiales y los coches se alinearon en las calles con los bocinazos de los conductores.
Muchos fieles que se dirigían a la mezquita de Al-Aqsa para las oraciones matutinas también se postraron para agradecer la seguridad de sus hermanos y hermanas en Gaza.
La tregua se ha consolidado después de que el gabinete israelí aceptara el alto el fuego "mutuo e incondicional" propuesto por Egipto.
Hamás y la Yihad Islámica también confirmaron el acuerdo "mutuo y simultáneo".
Al comprometerse con el alto el fuego, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, dijo: "Los líderes israelíes y palestinos tienen la responsabilidad, más allá del restablecimiento de la calma, de iniciar un diálogo serio para abordar las causas profundas del conflicto".
Añadió que la ONU estaba dispuesta a ayudar a ambas partes a retomar "negociaciones significativas" sobre un acuerdo de dos Estados.
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