España movilizó a sus enviados a Europa para hacer frente al ataque diplomático lanzado por Marruecos, con el objetivo de aclarar la visión española de la crisis migratoria ilegal y el expediente del Sáhara Occidental y sobre el líder independentista, Brahim Ghali.
"Marruecos está actuando en varias capitales de la Unión Europea para presentar su versión de los hechos relacionados con la actual crisis con España", señala un memorándum firmado por Camilo Villarino, director del Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores español.
Según El Confidencial, el ministro de Asuntos Exteriores González Laya envió un comunicado a las representaciones diplomáticas de su país en relación con la crisis migratoria y el expediente del Sáhara Occidental.
El ministro dijo: "Es necesario asistir proactivamente a nuestros diplomáticos en sus contactos con las cancillerías de los países de la Unión Europea".
La tensión entre Marruecos y España comenzó a escalar inmediatamente después de que Madrid rechazara, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, el reconocimiento de la soberanía de Rabat sobre el Sáhara Occidental por parte del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a lo que siguió el aplazamiento indefinido de una reunión de alto nivel entre los gobiernos español y marroquí.
El jefe del movimiento independentista del Sáhara Occidental, el Frente Polisario, Ghali está recibiendo tratamiento en España. Marruecos afirma que entró en el país con un pasaporte argelino falso, una afirmación que España niega.
La agencia española EPA citó a una fuente gubernamental en respuesta a las declaraciones de los funcionarios marroquíes: "Ghali no entró en España con un pasaporte falso, aunque utilizó otra identidad para ser ingresado en un hospital de Logroño, donde sigue recibiendo tratamiento para el coronavirus".
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Según la misma fuente, el presidente saharaui entró en España a través de Argelia con el pasaporte que utiliza habitualmente para viajar y que reúne las condiciones legales exigidas.
La ministra de Asuntos Exteriores española renovó la posición de su país sobre la cuestión del Sáhara Occidental, afirmando que "España sigue firmemente comprometida con la solución política que debe alcanzarse en el marco ofrecido por las Naciones Unidas".
Dijo en una entrevista con el periódico local La Razón el viernes: "Esta es la posición de España, y esta posición no se puede cambiar porque España es un país que respeta la legitimidad internacional", y añadió: "Ni la acogida del líder del Polisario ni las presiones ejercidas por Marruecos harán que España cambie su postura sobre el Sáhara Occidental".
Marruecos está en conflicto con el grupo separatista Polisario, apoyado por Argelia, por el Sáhara Occidental desde 1975, tras el fin de la ocupación española. Se convirtió en un enfrentamiento armado que duró hasta 1991 y terminó con la firma de un acuerdo de alto el fuego.
Rabat insiste en su derecho a gobernar la región, pero propuso un gobierno autónomo en el Sáhara Occidental bajo su soberanía, pero el Frente Polisario quiere un referéndum para que el pueblo determine el futuro de la región. Argelia ha apoyado la propuesta del Frente y acoge a los refugiados de la región.
El alto el fuego de 1991 llegó a su fin el año pasado después de que Marruecos reanudara las operaciones militares en el paso de El Guergarat, una zona de amortiguación entre el territorio reclamado por el Estado de Marruecos y la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, lo que según el Polisario fue una provocación.
Al lanzar la operación, Marruecos "socavó gravemente no sólo el alto el fuego y los acuerdos militares relacionados, sino también cualquier posibilidad de lograr una solución pacífica y duradera a la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental", dijo Ghali en una carta a la ONU.