El Papa Francisco, que ha prometido visitar el Líbano si los políticos díscolos se ponen de acuerdo en un nuevo gobierno, dijo el domingo que se reuniría con sus líderes cristianos para discutir la peor crisis del país desde su guerra civil que terminó en 1990, informa Reuters.
El Papa dijo a los peregrinos y turistas presentes en la Plaza de San Pedro para su bendición semanal, que la reunión del martes en el Vaticano sería una "jornada de reflexión sobre la preocupante situación del país".
El Líbano aún se recupera de una enorme explosión química en el puerto de Beirut el año pasado, que mató a 200 personas y causó daños por valor de miles de millones de dólares, debilitando aún más una economía que ya estaba en crisis.
El primer ministro designado, Saad al-Hariri, lleva meses discutiendo con el presidente Michel Aoun por los puestos del gabinete.
Las tres principales confesiones cristianas del Líbano son los católicos maronitas, los ortodoxos orientales y los católicos melquitas. Hay otras confesiones protestantes, ortodoxas y católicas más pequeñas.
El Vaticano no dijo cuáles estarían representadas en la reunión del Vaticano.
Hariri, tres veces primer ministro, dimitió en 2019 tras las protestas nacionales contra una élite política a la que los manifestantes culpan de haber llevado al país a la crisis.
Fue nombrado primer ministro de nuevo en octubre, pero no ha podido formar un nuevo gobierno.
Hariri dijo, tras reunirse con el Papa en el Vaticano en abril, que el pontífice le dijo que visitaría el país, pero sólo después de que se formara un gobierno.
LEER: Erdogan asegura al Papa que Palestina seguirá siendo masacrada si no se castiga a Israel
Tradicionalmente, las invitaciones para que el Papa visite un país las hacen tanto los líderes civiles como los religiosos.
Francisco ha instado a la comunidad internacional a ayudar al Líbano a recuperarse.
Dijo el domingo que la reunión con los líderes cristianos del Líbano sería una oportunidad para "rezar juntos por el don de la paz y la estabilidad".
El colapso económico del Líbano ha sumido a gran parte de la población en la pobreza y supone la mayor amenaza para la estabilidad desde la guerra civil de 1975-1990.