Los esfuerzos por interferir en la investigación de la Corte Penal Internacional sobre los presuntos crímenes de guerra de Israel han sido denunciados por más de 50 ex primeros ministros, ministros de Asuntos Exteriores y altos funcionarios internacionales. Entre las figuras destacadas de toda Europa que han firmado una carta abierta se encuentran el ex secretario general de la OTAN Javier Solana y Hans Blix, ex director general del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Los firmantes critican los esfuerzos de los aliados de Israel, como Gran Bretaña y Estados Unidos, por bloquear la investigación de la CPI. "Asistimos con grave preocupación a la orden ejecutiva emitida en Estados Unidos por el expresidente Donald Trump y a las sanciones designadas contra el personal del tribunal y sus familiares", señalaron. Condenaron estos "crecientes ataques" que tienen como objetivo no solo el tribunal y su personal, sino también los grupos de la sociedad civil que cooperan con la investigación.
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"Son muy preocupantes las críticas públicas injustificadas contra el tribunal en relación con su investigación de los presuntos crímenes cometidos en los territorios palestinos ocupados, incluidas las acusaciones infundadas de antisemitismo", continuaron. "Está bien establecido y reconocido que la rendición de cuentas por las graves violaciones de derechos cometidas por todas las partes de un conflicto es esencial para lograr una paz sostenible y duradera. Este es el caso en Israel-Palestina, al igual que en Sudán, Libia, Afganistán, Malí, Bangladesh/Myanmar, Colombia y Ucrania".
No se pueden tolerar los intentos de desacreditar al tribunal y obstruir su trabajo, insistieron los firmantes, especialmente si la comunidad internacional se toma en serio la promoción y defensa de la justicia a nivel mundial. Varios líderes mundiales y grupos pro-israelíes han denunciado al tribunal.
"Comprendemos el temor a las denuncias e investigaciones por motivos políticos. Sin embargo, creemos firmemente que el Estatuto de Roma garantiza los más altos criterios de justicia y proporciona una vía crucial para hacer frente a la impunidad de los crímenes más graves del mundo. No actuar tendría graves consecuencias".
El anterior presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró tremendamente hostil hacia la CPI. El pasado mes de junio impuso sanciones contra fiscales y funcionarios del tribunal. El gobierno de Biden ha levantado ahora esas sanciones. Sin embargo, Washington está indignado porque el tribunal está investigando supuestos crímenes de guerra israelíes.
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La postura pro-israelí de Boris Johnson es "lamentable", según la Misión Palestina en Londres. Por su parte, el grupo de presión pro-israelí Conservative Friends of Israel ha escrito al primer ministro británico y al ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, con la exigencia de que el gobierno se una a "los aliados cercanos, Estados Unidos, Australia y Alemania, para advertir públicamente contra la politización de la CPI".
Johnson fue nombrado en una investigación hace poco más de una semana junto con varios miembros del gabinete conservador como principales receptores de donaciones de grupos de presión antipalestinos y proisraelíes. Al parecer, el primer ministro realizó varios viajes a Israel financiados conjuntamente por el TPI y el gobierno israelí.
El fallo de la CPI trae esperanza para Palestina y consternación para Israel - Caricatura [Sabaaneh/MiddleEastMonitor].
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