La desinversión en uno de los principales bancos de Israel está cobrando fuerza en Escocia, a medida que la condición de Israel como Estado de apartheid se hace más difícil de discutir. Como informó Yvonne Ridley esta semana, la desinversión del Fondo de Pensiones de Lothian lo convierte en la tercera institución de la autoridad local que desinvierte del Banco Hapoalim. El Fondo de Pensiones de Falkirk desinvirtió en 2018 en respuesta a las presiones de activistas y sindicatos; a principios de 2019, el Fondo de Pensiones de Tayside hizo lo mismo.
Bank Hapoalim es uno de los nueve bancos israelíes que figuran en la base de datos de la ONU de empresas que ayudan a desarrollar, ampliar o mantener los asentamientos y sus actividades mediante la concesión de préstamos para la vivienda y el desarrollo de negocios. La tan esperada base de datos con los nombres de las empresas cómplices de la empresa de asentamientos ilegales de Israel se publicó el año pasado.
El Fondo de Pensiones de Lothian había desafiado las presiones para desinvertir en el Banco Hapoalim hasta hace poco, según timetodivest.net, un sitio web que supervisa los fondos de pensiones de las autoridades locales que invierten en Israel y hace campaña para desinvertir en empresas israelíes.
A pesar de la victoria, todavía queda un largo camino por recorrer para convencer a las empresas escocesas de que se desprendan completamente de las compañías que ayudan a la empresa de asentamientos ilegales de Israel. Queda mucho por hacer para presionar a los fondos de pensiones de las autoridades locales escocesas para que sigan desinvirtiendo en empresas armamentísticas y otras operaciones comerciales que son cómplices de lo que Human Rights Watch denomina "crímenes contra la humanidad del apartheid y la persecución", ha declarado Time to Divest.
La decisión de Lothian coincide con las declaraciones de antiguos embajadores israelíes en las que denunciaban a Israel como un régimen de apartheid y pedían a la comunidad internacional que se uniera a la lucha para acabar con el régimen racista del Estado sionista, del mismo modo que la gente se unió para desmantelar el régimen de apartheid en Sudáfrica.
Sus comentarios se produjeron a raíz de dos informes de gran repercusión que concluyeron con crudeza que el apartheid es una realidad en la Palestina ocupada. En abril, Human Rights Watch (HRW) se unió a una serie de otros grupos destacados para declarar que Israel está cometiendo crímenes de apartheid y persecución. En enero, el grupo israelí de derechos humanos B'Tselem afirmó que Israel "promueve y perpetúa la supremacía judía entre el mar Mediterráneo y el río Jordán". Ambos se hicieron eco de las conclusiones del informe de la ONU de 2017, que concluyó que Israel sí practicaba el apartheid.