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Tel Aviv y Washington: Lo que ocurre a puerta cerrada

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (izquierda), y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, el 9 de marzo de 2016 [DEBBIE HILL/AFP/Getty Images].

Durante muchos años, y quizás décadas, las relaciones tan especiales y exclusivas entre Estados Unidos e Israel siguieron siendo un misterio para el que los expertos no podían dar una explicación real.

Muchos se centraron en el concepto del papel funcional que desempeña Israel al servicio de los intereses estadounidenses en Oriente Medio, mientras que otros creen que Israel no podría tener una existencia independiente y poderosa sin la protección y el patrocinio de Estados Unidos.

Casi todos han descartado la posibilidad de que existan conflictos de intereses entre ambas partes, EE.UU. e Israel, en medio de una firme convicción de que sus intereses están muy armonizados.

En los últimos años, ha empezado a aparecer cierta inquietud en los comentarios de los políticos israelíes de alto nivel, en oposición a las políticas de EE.UU. en Oriente Medio, especialmente en relación con Irán y Siria.

Con el desvanecimiento de la era estadounidense y la aparición de potencias mundiales que compiten por el liderazgo internacional, como China y Rusia, los israelíes comenzaron a intensificar sus relaciones con ambos países.

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También se sugirió que Israel no estaba dispuesto a apostar por una relación histórica con EE.UU. si dicha relación tenía repercusiones negativas para los intereses israelíes.

Estas conclusiones solían calificarse de precipitadas, de que es imposible que Israel encuentre un aliado como EE.UU. y de que Israel está obligado a adaptar sus políticas a las intenciones de EE.UU. Sin embargo, las declaraciones de Benjamin Netanyahu sobre esta relación el 31 de mayo, en su discurso en la ceremonia de sustitución del jefe del Mossad, fueron una sorpresa. En su discurso, Netanyahu afirmó su absoluto rechazo a la vuelta de Estados Unidos al acuerdo nuclear con Irán, en contra del deseo de la administración del presidente estadounidense Joe Biden.

Netanyahu afirmó que su gobierno seguirá trabajando para impedir que Irán adquiera un arma nuclear, incluso si se alcanza un acuerdo. Netanyahu fue aún más lejos y declaró: "Si tenemos que elegir, y espero que no ocurra, entre no chocar con nuestro gran amigo, Estados Unidos, y eliminar la amenaza iraní a nuestra existencia, elegiremos eliminar la amenaza".

Lo que llama la atención aquí es que ninguno de los líderes del gobierno o de la oposición israelí, en particular los líderes del Campo del Cambio, que está dispuesto a tomar el poder en pocos días, ha rechazado este desafío.

La única objeción vino del ministro de Defensa, Benny Gantz, que no se opuso a lo que Netanyahu comentó, sino al hecho de que Netanyahu hiciera público este conflicto y lo anunciara a los medios de comunicación. La respuesta de EE.UU. no se hizo esperar y Gantz fue convocado ese mismo día para viajar a Washington y reunirse con altos funcionarios estadounidenses. Gantz viajó al día siguiente, el miércoles.

El jueves 3 de junio, Gantz mantuvo extensas reuniones con el Secretario de Estado Antony Blinken, el Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan y el Secretario de Defensa Lloyd Austin. Las declaraciones emitidas por estos tres funcionarios de la administración Biden deben considerarse como lo que está permitido fuera de las puertas cerradas.

En cuanto a lo que realmente ocurrió a puerta cerrada, que sería lo que Washington quiere y de lo que Gantz habló a su regreso a Tel Aviv, permanece oculto. Sin embargo, algunos de sus indicios pueden identificarse a partir de las declaraciones públicas de estos funcionarios, y del importante comentario emitido por el futuro primer ministro israelí Naftali Benne

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El primero de estos indicios es la seriedad con la que Israel insiste en destruir las capacidades nucleares de Irán, dando prioridad a las necesidades de seguridad israelíes y exigiendo que Estados Unidos se adapte a ello.

El segundo de estos indicadores es que, aunque EE.UU. no aprueba totalmente el plan de Israel de destruir las armas nucleares de Irán, está dispuesto, como subrayó Sullivan en palabras del presidente Biden, a apoyar el derecho de Israel a defenderse y que ambas partes están preocupadas por el comportamiento agresivo de Irán.

El tercer indicador es que la determinación de Israel de destruir las capacidades nucleares de Irán será una de las principales prioridades de la agenda del nuevo gobierno, como reveló Bennett.

La primera entrevista televisiva de Bennett tras la firma de la coalición de gobierno fue el 3 de junio, el mismo día de las reuniones de Gantz en Washington. En respuesta a una pregunta sobre la posibilidad de que se enfrente a la administración estadounidense por el expediente nuclear iraní, Bennett dijo que su brújula apunta ante todo a la seguridad de Israel, y que la seguridad de Israel es más importante de lo que el mundo admite, pero que a pesar de ello, la asociación con Estados Unidos es estratégica.

Estos tres indicadores sobre lo que se discutió a puerta cerrada aumentan en conjunto la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre Israel y Estados Unidos en los próximos años. Sin embargo, esos hechos siguen estando encerrados a puerta cerrada.

Traducido de Thenewkhalij, 11 de junio, 2021

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

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