Israel está dispuesto a trabajar para establecer lazos con las naciones de mayoría musulmana del Sudeste Asiático, dijo ayer su embajador en Singapur.
El anuncio se produce a pesar de su condena de los ataques aéreos de Israel sobre la asediada Franja de Gaza el mes pasado.
Durante 11 días, Israel lanzó ataques contra la Franja de Gaza bloqueada. Funcionarios sanitarios de Gaza afirman que 254 palestinos, entre ellos 66 niños y 39 mujeres, murieron y más de 1.900 resultaron heridos en los bombardeos.
Países de mayoría musulmana como Indonesia, Malasia y Brunei han instado a las Naciones Unidas a intervenir y detener "las atrocidades cometidas contra el pueblo palestino".
En una declaración el mes pasado, el presidente indonesio, Joko Widodo, el primer ministro de Malasia, Muhyiddin Yassin, y el sultán de Brunéi calificaron los ataques aéreos de Israel sobre Gaza como parte de una política "inhumana, colonial y de apartheid" hacia el pueblo de Palestina.
"Condenamos enérgicamente las repetidas y flagrantes violaciones y agresiones, llevadas a cabo por los israelíes, contra civiles en todo el territorio palestino ocupado, en particular en Jerusalén Este y la Franja de Gaza, que han matado, herido y causado sufrimiento a muchas personas, incluidas mujeres y niños", añade la declaración.
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Los tres países no tienen relaciones diplomáticas con Israel y han pedido en repetidas ocasiones el fin de su ocupación ilegal de los territorios palestinos y una solución de dos Estados basada en las fronteras de 1967.
El embajador de Israel en Singapur, Sagi Karni, dijo que Israel necesita proteger a sus ciudadanos, pero que no tiene "ninguna disputa" con ningún país del sudeste asiático.
"Nos gustaría ampliar el círculo de la paz también a los países musulmanes de la región", dijo.
"Pero no podemos imponérselo", añadió. "Depende de ellos unirse, y saben que estamos interesados, pero también tienen sus propias consideraciones políticas internas".
Los acuerdos de normalización firmados el año pasado por EAU y Bahréin, seguidos por Sudán y Marruecos, fueron denunciados por los palestinos, que afirmaron que los Estados habían abandonado una posición unificada según la cual los países árabes sólo harían la paz bajo una solución de dos Estados, cuyas negociaciones llevan años estancadas.
"Estamos dispuestos a hablar, estamos dispuestos a reunirnos, y la puerta está abierta en lo que a nosotros respecta. No creo que sea tan difícil encontrarnos", añadió Sagi.