El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha jurado su cargo para un segundo mandato: otra prórroga en la que los palestinos se familiarizarán con el "No hay plan B", ahora reforzado por los Acuerdos de Abraham que la ONU reconoció y elogió tan rápidamente.

Para el líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, otro mandato de Guterres en el que no se respetan los derechos políticos del pueblo palestino no es motivo de preocupación. Por el contrario, la carta de Abbas a Guterres muestra la ausencia de una estrategia política palestina por parte de la AP, a menos que se cuente una estrategia de consentir en no hacer nada, excepto organizar conferencias de paz inútiles.

Tan obsesionados están los dirigentes de la AP con las conferencias de paz internacionales, que la carta de Abbas a Guterres habría carecido de ella. Según Abbas, la conferencia serviría para "alcanzar una solución permanente que ponga fin a la ocupación israelí de la tierra del Estado de Palestina con su capital, Jerusalén Este, resuelva la cuestión de los refugiados palestinos de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas y ponga fin al sufrimiento de nuestro pueblo que lleva luchando más de siete décadas".

En pocas palabras, Abbas le pide a Guterres que mantenga las agendas inútiles que alejan a los palestinos de su objetivo. Las conferencias de paz no resuelven los problemas derivados de la colonización, y mucho menos los fundamentos de cualquier apariencia de Estado palestino. Es vergonzoso que los dirigentes palestinos se nieguen a considerar nada más que iniciativas de probado fracaso, mientras Israel se embarca en estrategias para sus próximos movimientos.

Por otra parte, el primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, pidió a la ONU que incluyera a Israel en la lista de países que violan los derechos de los niños. Negarse a incluir a Israel en la lista por sus violaciones, declaró Shtayyeh, da lugar al "escepticismo sobre los principios en los que se basa la ONU". ¿Sólo a partir de esta negativa en particular debería surgir el escepticismo sobre el abandono de los principios de la ONU?

Pero Guterres no tiene ningún reparo en describir Gaza como "el infierno en la tierra", mientras que al mismo tiempo garantiza la defensa de la narrativa de seguridad de Israel, ya sea a través de un descarado favoritismo hacia Israel, o bien intentando la equivalencia entre el colonizador y el colonizado.

OPINIÓN: ¿Cuándo se unirán los palestinos?

A pesar de que Guterres avanzó en la normalización del colonialismo, la carta de Abbas no mostró ningún reconocimiento de esta peligrosa e intencionada falacia. Al contrario, "estamos dispuestos a seguir trabajando con usted para lograr este noble objetivo y otros que promuevan la estabilidad y la paz en el mundo", escribió Abbas. Aunque Guterres trabaja en contra de los palestinos al negarse a reconocer al menos que la situación humanitaria es resultado de la ausencia de derechos políticos.

Trabajar con la ONU no ha llevado a los palestinos a ninguna parte. Abbas se niega a considerar las trayectorias históricas que conducen a la actual anexión de facto. Felicitar a Guterres por mantener las ramificaciones del Plan de Partición de la ONU de 1947 no se hace en nombre del pueblo palestino, y Abbas debería haber dejado al pueblo palestino fuera de la jerga diplomática que consiente la expansión colonial. La AP haría bien en recordar que no es el pueblo palestino el que está preocupado por mantener la política de la empresa colonial sionista.

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