Numerosas organizaciones no gubernamentales que llevan a cabo misiones de ayuda en el noroeste de Siria han emitido un comunicado de prensa conjunto en el que se oponen al previsto cierre del último paso para la entrada de ayuda humanitaria en la zona, advirtiendo que pondrá en peligro la vida de más de cuatro millones de sirios.
Las 81 ONG -locales e internacionales- condenaron el plan de Rusia de utilizar su veto en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del próximo mes, que cerraría el paso de Bab Al-Hawa en la frontera entre Turquía y Siria.
Desde que se convirtió en el único paso para la entrada de ayuda humanitaria en el noroeste de Siria tras el cierre de los demás pasos el año pasado, el suministro de ayuda se ha visto gravemente restringido y muchos temen que se produzca una nueva crisis humanitaria si también se cierra Bab Al-Hawa.
El director de la Sociedad de Ayuda Humana, Khalid Al-Fajir, que encabezó el comunicado de prensa conjunto y lo anunció en un campo de desplazados en el noroeste de Siria, declaró: "El cierre de esta puerta hará que 4,5 millones de civiles, en su mayoría niños y mujeres, se vean privados de la ayuda que les llega".
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"Algunos países están poniendo esfuerzos en contra de esta decisión", añadió.
Al-Fajir y la declaración conjunta subrayaron: "Cualquier decisión en contra de la ayuda humanitaria conducirá a un desastre en la región", y pidieron a los Estados miembros del CSNU "que cumplan sus compromisos sobre la neutralidad de la ayuda humanitaria y que renueven la resolución del Consejo de Seguridad."
"También queremos señalar que es inaceptable que tengamos que insistir cada año en la importancia del mecanismo de ayuda transfronteriza", decía la declaración. "La autoridad de la ONU para el acceso humanitario transfronterizo debe ser protegida".
La próxima reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y la decisión que se adopte tras ella se producirán poco más de un mes después de que el régimen sirio de Bashar Al-Assad, al que Rusia respalda, fuera elegido miembro del consejo ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que ha hecho temer que utilice esa posición para cortar la ayuda a la provincia noroccidental de Idlib, controlada por la oposición.
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