El consejo de estudiantes de una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos ha aprobado una declaración que denuncia a Israel por "genocidio", "limpieza étnica" y "apartheid" en la Palestina ocupada. El Consejo Universitario de Yale, el gobierno de los estudiantes universitarios, aprobó la declaración a principios de esta semana. La votación fue 8-3 a favor, con cuatro abstenciones.
"Como estudiantes de una de las instituciones académicas más prestigiosas del mundo, debemos denunciar la injusticia dondequiera que se produzca", dijeron los estudiantes. "Nos oponemos a la aplicación discriminatoria de la ley que despoja a los palestinos de sus derechos básicos. Nos oponemos a las expulsiones violentas de quienes viven bajo la ocupación en Sheikh Jarrah".
La declaración también relacionaba la legítima resistencia palestina a la ocupación israelí con los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos, que vieron a los estadounidenses negros trabajar para desmantelar la segregación racial durante las décadas de 1950 y 1960. Muchos ven un claro paralelismo en la segregación racializada entre judíos y no judíos en Israel y el racismo legal de entonces en el sur de Estados Unidos. La reciente publicación de informes de destacados grupos de derechos humanos que declaran que Israel es un Estado de apartheid ha reforzado esta opinión.
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"Hacemos un llamamiento a los estudiantes de Yale para que reconozcan las conexiones entre la opresión racial interna de Estados Unidos y su opresión imperial de las personas de color en todo el mundo", continuaron los estudiantes. "Al igual que el ejército de Israel impone el sistema de apartheid contra los palestinos, la policía estadounidense impone el sistema de supremacía blanca contra los negros estadounidenses".
La declaración se aprobó un mes y medio después de que el 14 de mayo un colectivo de estudiantes judíos de Yale hiciera pública una carta abierta en la que exigían responsabilidades a Israel. Se dice que más de 50 organizaciones estudiantiles han respaldado la carta, entre ellas los Demócratas Universitarios de Yale, el Centro de Mujeres de Yale y la Revista Literaria de Yale.
La carta pedía a la Universidad de Yale que se uniera a la campaña mundial de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). Inspirado en el éxito del movimiento antiapartheid contra la dominación blanca en Sudáfrica, el BDS pretende acabar con el régimen de apartheid de Israel que ha instaurado la dominación judía en Palestina.
También se expresó preocupación por el creciente uso indebido de las acusaciones de antisemitismo para silenciar a los críticos de Israel. "Imaginamos un judaísmo intrínsecamente antirracista y antisionista", decía la carta. "No permitiremos que nuestro judaísmo y nuestra historia de lucha se conviertan en armas para cometer pogromos, limpieza étnica y genocidio".
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