El pueblo egipcio autoriza al presidente Abdel Fattah Al-Sisi a resolver la crisis de la presa etíope del Gran Renacimiento (GRED), dijo ayer un parlamentario.
Mahmoud Shaalan dijo a los legisladores que Al-Sisi debe "abordar cualquier peligro para las aguas del río Nilo".
Sus declaraciones se produjeron después de que Etiopía notificara a Egipto que había comenzado a llenar el embalse detrás de su gigantesca presa hidroeléctrica.
"El Parlamento y el pueblo egipcio confían plenamente en la capacidad del ejército egipcio y de los dirigentes políticos para resolver las cuestiones más difíciles y repeler cualquier amenaza a la seguridad nacional egipcia", subrayó.
Tras recibir la notificación etíope, el ministro de Riego, Mohamed Abdel-Aty, envió una carta oficial a su homólogo etíope para informarle del "rechazo categórico de su medida unilateral [de Etiopía]", describiéndola como una "flagrante y peligrosa violación de las leyes y normas internacionales".
Etiopía está construyendo una presa de 5.000 millones de dólares cerca de la frontera con Sudán que, según dice, proporcionará al país la electricidad y la regeneración económica que tanto necesita. Egipto cree que restringirá su acceso a las aguas del Nilo.
Egipto depende casi por completo del agua del Nilo, del que recibe unos 55,5 millones de metros cúbicos al año, y cree que el llenado de la presa afectará al agua que necesita para beber, la agricultura y la electricidad.
El Cairo quiere que Etiopía garantice que Egipto recibirá 40.000 millones de metros cúbicos de agua del Nilo o más. El ministro etíope de Riego, Seleshi Bekele, afirmó que Egipto ha renunciado a esta exigencia, pero Egipto insiste en que no lo ha hecho y emitió una declaración en este sentido.
También hay una cuestión sin resolver sobre la rapidez con la que se llenará la presa, ya que Egipto teme que si se llena demasiado rápido, podría afectar a la electricidad generada por la presa alta de Asuán.