Los miembros de la Knesset israelí no aprobaron anoche la prórroga de la controvertida ley de reagrupación familiar, que prohíbe a los ciudadanos palestinos de Israel traer a miembros de su familia que vivan en Cisjordania y la Franja de Gaza a Israel para vivir con ellos, aunque sean sus hijos o sus parejas.
La moción para prorrogar el proyecto de ley durante seis meses, en lugar del año habitual, recibió 59 votos, con 59 votos en contra. Dos de los cuatro parlamentarios del Movimiento Islámico dirigido por Mansour Abbas, que forma parte de la coalición gubernamental, se abstuvieron en la votación.
Mientras que un diputado del partido Yamina del primer ministro Naftali Bennett votó en contra de la moción, en lo que se ha visto como una retirada de confianza en la coalición.
Entre 1993 y 2003, unos 130.000 palestinos obtuvieron la ciudadanía israelí tras reunirse con sus cónyuges, lo que suscitó la preocupación demográfica en Israel.
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"La evaluación del establecimiento de seguridad es que unos 200.000 palestinos obtendrían la ciudadanía o la residencia israelí cada década si no fuera por esta legislación", informó el Canal 12 de la televisión israelí.
"La oposición, liderada por Bibi y [el MK de la Lista Conjunta Ahmad] Tibi, no consiguió derrocar al gobierno, pero juntos asestaron un duro golpe a la seguridad de Israel", dijo Yamina en un comunicado.
"Se trata de una política mezquina a costa de los ciudadanos israelíes. Esta es la razón por la que están en la oposición, y ahí es donde se quedarán. Para Bibi, si no está en el poder, el Estado puede arder en llamas", añade el comunicado.