Nuevos documentos han revelado la matanza de más de 5.200 personas en un hospital de la ciudad siria de Homs a manos del régimen de Bashar Al-Assad, en lo que constituye la prueba definitiva de posibles crímenes de guerra.
En una conferencia de prensa celebrada el sábado en la ciudad turca de Estambul, la Coalición de la Oposición Siria presentó documentos que demuestran que el régimen mató a 5.210 civiles en el hospital Abdul Qader Al-Shaqfa del distrito de Al-Waer de Homs.
Según la Agencia Anadolu, el presidente del SOC, Nasr Al-Hariri, declaró que los documentos fueron emitidos por el régimen de Assad, debido a que están marcados con sellos de los servicios de seguridad, de la medicina forense y de la administración del hospital.
Al parecer, fueron filtrados por una persona que solía trabajar en el hospital pero que ahora vive en zonas controladas por la oposición.
No se ha detallado cuándo se produjeron exactamente los asesinatos ni qué métodos se utilizaron para matar a las personas, pero basándose en las actividades históricas del régimen, se supone que se utilizó la tortura con las víctimas.
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Hace dos años, se reveló cómo los servicios de seguridad torturaron a más de 6.000 personas hasta la muerte en el hospital militar Al-Mezzeh 601, cerca de la capital, Damasco, en un periodo de 21 meses, lo que le valió el nombre de "matadero".
El año pasado también se informó de que un médico sirio que trabajaba en un hospital militar de Homs -antes de huir a Alemania como refugiado mientras mantenía sus vínculos con el régimen- se dedicó a torturar y matar a numerosos pacientes que le llevaban a él y a otros médicos.
Entre los métodos utilizados, al parecer, figuraba la retención de medicamentos, disparar a partes del cuerpo y dejar las heridas sin tratar, así como quemar el pene de una víctima rociándolo con alcohol y prendiéndole fuego.
En el décimo informe de las Naciones Unidas de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Árabe Siria de 2013, el Hospital Abdul Qader Al-Shaqfa figuraba como un hospital utilizado por los militares sirios como base para reprimir las protestas y luchar contra la oposición.
El presidente del SOC, Al-Hariri, declaró que la organización tratará de trabajar con la ONU, su Consejo de Derechos Humanos, la Unión Europea, Estados Unidos y el Reino Unido para que el régimen rinda cuentas y siga estableciendo pruebas de sus crímenes de guerra.