Un aumento de los casos de coronavirus en varios países de Oriente Medio podría tener consecuencias nefastas, agravadas por la propagación de la variante Delta y la escasa disponibilidad de vacunas, dijo el miércoles la Organización Mundial de la Salud, informa Reuters.
Tras un descenso de los casos y las muertes en la región del Mediterráneo oriental según la OMS durante ocho semanas, la agencia dijo que se habían producido aumentos significativos de los casos en Libia, Irán, Irak y Túnez, y que se esperaban fuertes aumentos en Líbano y Marruecos.
La próxima semana los países de la región celebrarán la fiesta musulmana del Eid al-Adha, que tradicionalmente incluye reuniones religiosas y sociales en las que podrían propagarse las infecciones.
"A la OMS le preocupa que el actual repunte del COVID-19 pueda seguir alcanzando su punto máximo en las próximas semanas, con consecuencias catastróficas", dijo la oficina regional de la agencia en un comunicado.
La falta de adherencia a las medidas sociales y de salud pública y "la creciente complacencia de las comunidades", así como las bajas tasas de vacunación y la propagación de nuevas variantes, fueron los responsables, dijo la OMS.
La agencia destacó a Túnez como el país con la mayor tasa de mortalidad per cápita por coronavirus de la región y de África, y señaló que los casos diarios casi se habían duplicado en Irán durante cuatro semanas hasta principios de julio.
En general, el número de casos de COVID-19 notificados en la región del Mediterráneo Oriental, que incluye Pakistán, Afganistán, Somalia y Yibuti, así como los estados de Oriente Medio, había superado los 11,4 millones, según el comunicado.
Se han notificado más de 223.000 muertes, añadió.