La Policía de Israel estuvo a unos días de agotar sus reservas de armas en mayo durante su brutal represión de los manifestantes, según una investigación interna. Se dice que las armas se agotaron hasta niveles peligrosos, lo que provocó una petición de ayuda a los militares para reponer las existencias.
El comisario de policía Yaakov Shabtai ordenó una investigación interna exhaustiva sobre la actuación de la policía durante los enfrentamientos que estallaron en la Jerusalén ocupada y en ciudades israelíes mixtas en mayo, como Lod, Jaffa, Umm Al-Fahm, Taybeh y Baqa Al-Gharbiyye. Los ciudadanos árabes de Israel se levantaron en solidaridad con los palestinos de Gaza, donde la población asediada fue sometida a 11 días de bombardeos que mataron a más de 250 personas, entre ellas mujeres y niños.
Los analistas y testigos presenciales de la época describieron la violencia contra los palestinos como pogromos, ya que se dice que la policía se mantuvo al margen mientras las turbas israelíes de extrema derecha arrasaban las calles árabes. Los detalles de la investigación policial citados en los medios de comunicación árabes citaban a agentes de policía diciendo que había habido una "violencia sin precedentes" que era mayor que la Segunda Intifada. La Segunda Intifada fue un levantamiento popular masivo que estalló en el año 2000 tras una visita muy provocadora del difunto ex primer ministro israelí Ariel Sharon a la mezquita de Al-Aqsa.
Durante la represión, la policía utilizó ampliamente armas como botes de gas lacrimógeno, balas de esponja y granadas aturdidoras, así como arsenal especial para dispersar a los manifestantes, como drones y rifles que disparan proyectiles de gas.
La investigación determinó que la combinación de la intensidad de la violencia y el gran número de lugares de manifestación, obligó a la policía a activar medidas de emergencia para reclutar a todas las fuerzas de reserva y utilizar amplios medios para dispersar las manifestaciones. Se cita a un alto cargo de la policía diciendo: "Si no hubiéramos conseguido erradicar la violencia en cuatro días y nos hubieran pedido que siguiéramos enfrentándonos a las actividades que presenciamos, nos habríamos encontrado sin la cantidad de armas necesaria". Se dice que la llegada de otro cargamento de armas desde el exterior tardó semanas en llegar.
En ese momento, la policía pidió al ejército israelí que le suministrara armas, pero la petición fue rechazada al parecer por ser contraria a la ley. La policía acudió al ejército israelí en previsión de una escasez de armas. Era necesaria una modificación legislativa, pero la ley no se modificó a tiempo para autorizar la reposición de los arsenales de armas.
Tras la investigación, la policía decidió comprar decenas de millones de shekels de equipamiento, incluyendo 320.000 bombas de sonido, proyectiles de gas y balas de esponja por 30 millones de shekels (9,18 millones de dólares). Según Ynet, la policía está trabajando actualmente para comprar más armas para dispersar a los manifestantes.