Marruecos muestra los "complejos de civilización" de España, declaró ayer el presidente de la Cámara de Representantes del Estado norteafricano, Habib El-Malki.
El-Maliki dijo que España padece "un complejo de civilización frente al Reino de Marruecos y no ha sido capaz de asumirlo hasta la fecha".
Añadió que varias ciudades históricas del sur de España "se nutren del patrimonio cultural árabe e islámico, a través del turismo."
"Con gran pesar, España sigue viviendo en la época de las Cruzadas, no en el siglo XXI", dijo El-Maliki.
Explicó que la "posición provocadora" de España al recibir al líder del Frente Polisario a principios de este año, no ayudó a superar la crisis entre ambos países ni a restablecer la paz.
En abril, Madrid recibió al líder del Frente Polisario Brahim Ghali, que utilizó una identidad falsa para entrar en el país, supuestamente para recibir tratamiento contra el coronavirus. Esto desencadenó una crisis entre España y Marruecos.
A mediados de mayo, unos 8.000 inmigrantes irregulares, entre ellos menores, se dirigieron desde Marruecos al enclave español de Ceuta, lo que las autoridades españolas y europeas consideraron un intento de Rabat de presionar a Madrid para forzar la salida de Ghali. A principios de junio, el líder del Polisario llegó a Argelia después de que el Tribunal Supremo español rechazara su petición de custodia.
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Marruecos está en conflicto con el grupo separatista Polisario, apoyado por Argelia, por el Sáhara Occidental desde 1975, tras el fin de la ocupación española. Se convirtió en un enfrentamiento armado que duró hasta 1991 y terminó con la firma de un acuerdo de alto el fuego.
Rabat insiste en su derecho a gobernar la región, pero propuso un gobierno autónomo en el Sáhara Occidental bajo su soberanía, pero el Frente Polisario quiere un referéndum para que el pueblo determine el futuro de la región. Argelia ha apoyado la propuesta del Frente y acoge a los refugiados de la región.
El alto el fuego de 1991 llegó a su fin el año pasado después de que Marruecos reanudara las operaciones militares en el paso de El Guergarat, una zona de amortiguación entre el territorio reclamado por el Estado de Marruecos y la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, lo que según el Polisario fue una provocación.
Al lanzar la operación, Marruecos "socavó gravemente no sólo el alto el fuego y los acuerdos militares relacionados, sino también cualquier posibilidad de lograr una solución pacífica y duradera a la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental", dijo Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, en una carta a la ONU.