El primer ministro israelí, Naftali Bennett, se ha retractado hoy de unas declaraciones anteriores en las que afirmaba que Israel preservaría la libertad de culto para los judíos en la mezquita de Al-Aqsa.
En un comunicado, su oficina dijo que "no hay ningún cambio en el statu quo", añadiendo que había pretendido decir que garantizaría el acceso de los judíos para visitar el lugar sagrado musulmán y no para rendir culto en él.
A los judíos sólo se les permite entrar en el recinto de la mezquita de Al Aqsa, pero no realizar oraciones en su interior.
La mezquita de Al Aqsa es el tercer lugar más sagrado del Islam y ha sido durante mucho tiempo un lugar de agresión israelí contra los palestinos.
Ayer, más de 1.300 colonos judíos irrumpieron en la mezquita de Al Aqsa al amparo de las fuerzas de ocupación y acompañados por miembros de la Knesset. Bennett agradeció a las fuerzas de seguridad "la gestión responsable y discreta de los acontecimientos en el Monte del Templo, preservando la libertad de culto de los judíos en el Monte", informó Haaretz. Los fieles palestinos fueron dispersados violentamente de la zona para dar paso a la entrada de los colonos.