Francia y Argelia anunciaron el jueves la apertura de investigaciones separadas sobre el asunto del programa espía israelí Pegasus, dos días después de referirse a posibles operaciones de espionaje contra funcionarios de ambos países. El portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal, dijo a la emisora local France Inter que el presidente Emmanuel Macron está "siguiendo de cerca el asunto y se lo toma en serio."
Attal añadió que Macron celebró una reunión extraordinaria del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional en el Palacio del Elíseo para hablar de Pegasus y de la ciberseguridad en el país. La medida se produjo dos días después de que se revelara que el teléfono de Macron era un posible objetivo de una operación de hackeo con el programa espía. Francia, dijo Attal, se toma en serio la ciberseguridad, y ha gastado 100 millones de euros en el último año para proteger las instituciones del Estado de los ataques.
Según Politico, un funcionario del Elíseo no identificado dijo que "Macron decidió cambiar su teléfono y su número de teléfono, y pidió a las autoridades competentes que reforzaran todos los protocolos de seguridad en paralelo a las operaciones técnicas en curso."
Le Monde reveló el martes que Macron es sólo uno de los funcionarios del gobierno francés que figuran como posibles objetivos de la operación de espionaje Pegasus. Los otros incluyen al primer ministro y a catorce ministros.
La Fiscalía argelina, por su parte, también anunció una investigación sobre posibles operaciones de espionaje contra personalidades locales mediante Pegasus. "A la luz de lo informado por algunos medios de comunicación nacionales e internacionales y de los informes de los gobiernos de varios países sobre operaciones de espionaje y escuchas telefónicas dirigidas a ciudadanos y figuras argelinas a través de un software espía diseñado para este fin, la Fiscalía ordenó la apertura de una investigación preliminar para investigar las acusaciones".
El miércoles, The Guardian publicó los resultados de una investigación llevada a cabo por 17 medios de comunicación, en la que se concluía que el programa espía israelí Pegasus se ha utilizado en todo el mundo, principalmente con fines nefastos. La investigación afirmaba que los gobiernos de al menos diez países son clientes de la empresa israelí NSO, que desarrolló Pegasus, entre ellos Marruecos y Arabia Saudí. Los gobiernos de Rabat y Riad negaron las acusaciones.