Irán rechazó el sábado como una injerencia en sus asuntos internos las críticas del jefe de derechos humanos de las Naciones Unidas sobre la muerte a tiros de manifestantes durante las protestas por la escasez de agua, informa Reuters.
Mientras tanto, las concentraciones de apoyo a las protestas en la provincia suroccidental de Juzestán se extendieron el sábado al noroeste del país, según los vídeos publicados en las redes sociales.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó el viernes su preocupación por las muertes y lesiones y las detenciones generalizadas que se han producido durante la última semana en Juzestán, una zona rica en petróleo.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Saeed Khatibzadeh, declaró en un comunicado recogido por los medios de comunicación iraníes que los comentarios "intervencionistas" y "no expertos y tendenciosos de Bachelet sobre la gestión de los recursos hídricos del país no entraban en el ámbito de las responsabilidades de la comisaria".
Además de la sequía, Khatibzadeh dijo que las sanciones de Estados Unidos habían "impedido la transferencia de tecnología y la inversión en el sector del agua de Khuzestan".
Los iraníes han salido a la calle durante más de una semana para desahogar su ira por la escasez, que se ha producido durante la peor sequía del país en medio siglo y mientras la economía se tambalea bajo las sanciones estadounidenses y el COVID-19.
Los vídeos de las redes sociales mostraron el sábado a grupos de manifestantes coreando consignas en la ciudad noroccidental de Tabriz en apoyo de los manifestantes de Juzestán. Reuters no pudo verificar las imágenes.
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A última hora del jueves, un joven murió de un disparo y siete resultaron heridos durante las manifestaciones de solidaridad en la provincia de Lorestán, vecina de Juzestán, dijo un funcionario policial, que culpó a los "contrarrevolucionarios" de la violencia.
Los vídeos difundidos el viernes en las redes sociales mostraban a los manifestantes en la ciudad de Aligudarz coreando consignas contra el líder supremo Alí Jamenei.
Al menos un policía y tres jóvenes habían muerto a tiros en protestas anteriores, según las autoridades iraníes, que culparon a los "alborotadores" de las muertes.
Sin embargo, Amnistía Internacional dijo que al menos ocho personas habían muerto durante los disturbios.
La Agencia de Noticias de Activistas de Derechos Humanos (HRANA) dijo el sábado que había podido identificar a 10 muertos y 102 detenidos.
Los testigos hablaron de la continua y fuerte presencia de seguridad en Khuzestan el sábado.
"Internet móvil sigue sin funcionar y hay fuerzas de seguridad por todas partes", dijo a Reuters un residente de la capital provincial de Ahvaz, que pidió no ser nombrado.
El viernes, Jamenei hizo un llamamiento a las autoridades para que se ocupen de la crisis, diciendo que no se puede culpar a la gente por protestar por la escasez de agua.
Reflejando la posición de Jamenei, el presidente Hassan Rouhani dijo el sábado: "Con la excepción de unos pocos, la gente está ejerciendo su derecho legal a protestar".
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