El presidente tunecino, Kais Saied, destituyó ayer al primer ministro Hichem Mechichi y al Parlamento, y asumió la autoridad ejecutiva del gobierno.
Durante un discurso transmitido en directo por televisión, Saied también retiró la inmunidad parlamentaria de los diputados, afirmando que sus decisiones y medidas se ajustan a la Constitución.
Mientras encabezaba una reunión con militares y funcionarios de seguridad, dijo que asumiría la autoridad ejecutiva con la ayuda de un primer ministro que él mismo elegiría.
Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades de Túnez criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
El presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi, acusó a Saied de llevar a cabo "un golpe de Estado contra la revolución y la Constitución".
En declaraciones a Reuters, Ghannouchi, jefe del movimiento moderado Ennahda, dijo: "Consideramos que las instituciones siguen en pie y los partidarios de Ennahda y el pueblo tunecino defenderán la revolución".
Por su parte, el partido Corazón de Túnez declaró: "Las decisiones tomadas por el presidente Saied son una grave violación de la Constitución". Añadiendo que está comprometido con el Estado de Derecho y las instituciones, y que "respeta la legitimidad electoral y rechaza cualquier decisión que contradiga sus resultados institucionales". Además, pidió a todos los partidos que atiendan las "legítimas demandas" de los tunecinos y eviten las "falsas batallas políticas".
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