La Unión Europea pidió ayer que se respeten la Constitución y las instituciones del Estado tunecino, según ha informado Anadolu. La portavoz de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Nabila Masrali, declaró que el bloque sigue "de cerca" la evolución del país norteafricano.
Por su parte, el gobierno alemán expresó su profunda preocupación por la situación en Túnez, donde el presidente Kais Saied ha destituido al primer ministro y suspendido el parlamento. "Creemos que ahora es importante garantizar un rápido restablecimiento del orden constitucional", dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín. "Es necesario reanudar las actividades parlamentarias, y todas las partes deben cumplir la Constitución, manteniendo los derechos y las libertades".
Rusia también sigue de cerca los acontecimientos en Túnez, dijo un portavoz del Kremlin. "Esperamos que la crisis política no perjudique la estabilidad ni amenace la seguridad de los ciudadanos rusos en Túnez", explicó Dmitry Peskov.
Tras asumir el control del ejecutivo, Saied suspendió la inmunidad de todos los diputados y se hizo cargo de la Fiscalía. Esto parece ser una respuesta a las violentas protestas en varias ciudades tunecinas, mientras el país celebra el 64º aniversario de la proclamación de la república y atraviesa graves crisis políticas, económicas y sanitarias. Está previsto que nombre a un primer ministro para sustituir a Hichem Mechichi.
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El presidente tunecino justificó sus "controvertidas" decisiones por lo que describió como "la responsabilidad de salvar a Túnez". Insistió en que el país "atraviesa sus momentos más peligrosos, a la luz de la manipulación del Estado y sus capacidades".
Según el presidente del Parlamento y líder del movimiento Ennahda, Rached Ghannouchi, Saied ha "secuestrado" la revolución y la Constitución. "Consideramos que las instituciones del Estado siguen en pie, y los partidarios de Ennahda y el pueblo tunecino defenderán la revolución", dijo. "Continuaremos nuestro trabajo, de acuerdo con el texto de la Constitución".
Un miembro de la Oficina Ejecutiva de Ennahda, Noureddine Bhiri, describió las decisiones del presidente como un "golpe condicionado" contra la Constitución y la legitimidad. "Nos ocuparemos de estas decisiones que violan las disposiciones de la Constitución y del golpe contra las instituciones del Estado, y tomaremos medidas y movimientos internos y externos para impedir que se promulguen". No explicó en qué podría consistir esto.
La mayoría de los bloques parlamentarios se opusieron a las decisiones de Saied. La Coalición Al-Karama las calificó de "falaces", mientras que el bloque Corazón de Túnez describió las medidas como "una grave violación de la Constitución". Sólo el Movimiento Popular, un partido nacionalista, apoyó al presidente.