El presidente tunecino Kais Saied elogió a "los países hermanos y amigos", que no nombró, por el apoyo que han prestado al país en materia de seguridad y economía.
Esto se produjo ocho días después de que tomara medidas excepcionales, como la destitución del primer ministro y la congelación del parlamento, asumiendo él mismo la autoridad ejecutiva.
El presidente tunecino también decidió congelar las actividades del Parlamento durante un periodo de 30 días, levantar la inmunidad de los diputados y dirigir la Fiscalía.
El domingo, Saied se reunió con el gobernador del Banco Central de Túnez, Marouane El-Abbasi, y elogió la "sincera posición de los países hermanos y amigos en apoyo de Túnez para salvar los desequilibrios financieros y ayudar a Túnez a cumplir sus obligaciones financieras internas y externas".
"Tenemos hermanos y amigos honestos que están a nuestro lado en todos los campos, especialmente en el de la seguridad y la economía, y llegará el momento de anunciar este respaldo histórico de nuestros hermanos y amigos."
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Continuó: "Nuestros hermanos y amigos no han escatimado esfuerzos para respaldar al pueblo tunecino en los momentos históricos a los que nos enfrentamos."
Túnez asiste a una crisis económica sin precedentes, con una contracción de la economía del 8,8% el año pasado debido a las repercusiones de la pandemia de coronavirus. El país necesita pedir prestados 7.200 millones de dólares, de los cuales unos 5.000 millones en forma de préstamos externos.
El Presidente dijo que tomaba sus medidas excepcionales basándose en el artículo 80 de la Constitución para "salvar al Estado tunecino", en un día en el que se produjeron protestas populares que exigían el derrocamiento de todo el sistema gobernante, al tiempo que acusaba a la oposición de no desempeñar su papel, a la vista de la crisis política, económica y sanitaria en curso.