Activistas de derechos humanos marroquíes instaron el martes a Rabat a no extraditar a un hombre uigur a China, alegando el temor de que pueda ser sometido a detención arbitraria o a tortura, informa Reuters.
Yidrissi Aishan ha sido recluido en una prisión cerca de Casablanca tras ser detenido por una notificación de Interpol presentada por China tras llegar el mes pasado desde Turquía, donde vive.
China le ha acusado de terrorismo y se enfrenta a una audiencia de extradición en Marruecos, según sus abogados, que afirman que los cargos contra él carecen de pruebas.
"Pedimos a Marruecos que respete las convenciones internacionales contra la tortura que ha ratificado y que se abstenga de extraditar al ciudadano uigur a China, donde corre el riesgo de ser torturado y detenido arbitrariamente", declaró Khadija Riadi, del grupo de derechos AMDH de Marruecos.
Mustapha Ramid, ministro encargado de los derechos humanos en el gobierno marroquí, no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios.
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Aishan, de 34 años, vive con su esposa y sus tres hijos en Turquía, donde tiene permiso de residencia por motivos humanitarios, según declaró la semana pasada Amnistía Internacional, que instó a su liberación.
Participaba activamente en un periódico de la diáspora uigur en Turquía que denunciaba lo que llamaba atrocidades contra la minoría musulmana en China, dijo Safeguard Defenders, un grupo de derechos.
China ha sido reprendida por grupos internacionales de derechos por su represión contra los uigures, a los que se describe como objeto de detenciones masivas arbitrarias, adoctrinamiento y tortura. Los expertos de la ONU calculan que al menos un millón de uigures y otros musulmanes están recluidos en centros de detención en la región de Xinjiang, en el noroeste de China.
China niega las acusaciones de abusos en Xinjiang y ha afirmado que los complejos que ha creado en la región proporcionan formación profesional para ayudar a erradicar el extremismo islamista y el separatismo.
El abogado marroquí de Aishan, Miloud Kandil, dijo que las acusaciones de China carecen de pruebas, mientras que la justicia turca lo ha absuelto tres veces y ha rechazado su extradición.
"Todo uigur musulmán es un terrorista potencial a los ojos de China. Por tanto, su extradición es una violación del derecho nacional e internacional", dijo Kandil.