La suerte del destituido primer ministro tunecino Hicham Mechichi se ha convertido en un asunto de creciente preocupación, ya que nadie conoce su paradero, según ha declarado a MEMO el miembro de la Federación Internacional de Juristas Anwar Al-Gharbi. "Estamos especialmente preocupados por su salud y su bienestar psicológico", dijo.
Al-Gharbi confirmó: "Llevamos cinco días intentando obtener información sobre Mechichi, pero sin éxito. No está en su casa. Todas las personas con las que nos hemos puesto en contacto no tienen información sobre él; su familia y sus allegados, e incluso los que han trabajado con ellos".
Dada la gravedad de la situación, la Federación Internacional de Juristas tiene previsto solicitar al Relator Especial de la ONU sobre Desapariciones Forzadas que lleve a cabo una investigación. Días después del golpe, Middle East Eye informó de fuentes que afirmaban que Mechichi fue agredido en el palacio presidencial antes de aceptar su dimisión.
Al-Gharbi reveló que existe un gran temor entre los juristas por el empeoramiento de las condiciones de los derechos humanos en Túnez, en medio de los numerosos y frecuentes casos de desaparición, entre ellos el del legislador desaparecido Abdel Latif Alawi.
El 25 de julio, el presidente tunecino Kais Saied hizo uso del artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro Mechichi, congelar el trabajo del Parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades de Túnez criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
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