El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, acusó el miércoles a ciertas partes de querer arrastrar a Líbano a una guerra civil, informó la Agencia Anadolu.
"No iremos donde quiera el enemigo (a una guerra civil)", dijo Nasrallah en su primer comentario sobre los enfrentamientos que tuvieron lugar en la zona de Khaldeh, al sur de la capital, Beirut, el domingo tras el asesinato de un funcionario de Hezbolá.
Sin embargo, Nasrallah no nombró a estas partes.
Los enfrentamientos entre miembros del grupo chiíta y miembros de la tribu suní estallaron después de que miembros de Hezbolá sufrieran una emboscada durante el funeral de Ali Shibli, uno de los líderes del partido. Shibli fue asesinado el 31 de julio por venganza.
Los miembros de la tribu suní acusan a Shibli de haber matado a uno de sus familiares hace un año tras una disputa.
Nasrallah dijo que su partido no quiere "malgastar" sangre, diciendo que es consciente de aquellos "que buscan traer armas para luchar contra nosotros".
Citó la detención por parte de Arabia Saudí del ex primer ministro libanés Saad Hariri como un intento del país rico en petróleo de "encender una guerra civil" en Líbano.
No hubo comentarios de Arabia Saudí sobre las afirmaciones de Nasrallah.
A finales de 2017, Líbano acusó oficialmente a Arabia Saudí de detener a Hariri, a pesar de los desmentidos de Riad. El presidente libanés Michel Aoun calificó entonces la detención de Hariri de "acto hostil".