El nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, se ha comprometido a impulsar las relaciones políticas y económicas con los Estados latinoamericanos, como una de las principales prioridades de la política exterior de su país.
Raisi, que jurará su cargo hoy, hizo esta promesa el martes por la noche durante una reunión con el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Sacha Llorenti Soliz.
"Irán está decidido a fortalecer aún más sus relaciones políticas y económicas con los Estados miembros de la unión, y esto está en consonancia con los valores y posiciones comunes de ambas partes", dijo.
"Sin duda, la activación del nivel de cooperación entre Irán y los países latinoamericanos puede hacer que los estadounidenses y otros arrogantes se queden pasivos", subrayó.
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Por su parte, Soliz dio la bienvenida a la inminente presidencia de Raisi en nombre del ALBA y explicó que "el objetivo de la unión del ALBA es mejorar aún más las relaciones entre los Estados miembros del ALBA y la República Islámica de Irán".
También añadió que la voluntad de enfrentarse a las "excesivas exigencias de Estados Unidos" son valores que comparten tanto Irán como el ALBA.
Tras su victoria en las elecciones de junio, Raisi, un clérigo de línea dura y antiguo jefe del poder judicial, sucederá al presidente moderado Hassan Rouhani. Según Tehran Times, a la ceremonia de investidura asistirán dignatarios de unos 73 países, entre ellos diez presidentes, 20 portavoces del Parlamento, 11 ministros de Asuntos Exteriores, otras decenas de ministros y enviados de jefes de Estado y otros funcionarios.
Raisi, cercano al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, ha sido criticado por varios grupos de derechos humanos por las acusaciones de su participación en las ejecuciones de miles de presos políticos en 1988, al ser uno de los cuatro jueces que presidían los tribunales del llamado "Comité de la Muerte".