El gobierno palestino sufre una asfixiante crisis financiera que le impedirá pagar los salarios de los funcionarios.
Los funcionarios palestinos atribuyen la nueva crisis financiera a la retención de los ingresos fiscales por parte de Israel, la disminución de la ayuda exterior y el aumento de los préstamos de los bancos locales.
El gobierno palestino preveía recientemente que sus gastos totales para 2021 alcanzarían los 5.600 millones de dólares, frente a unos ingresos de unos 4.600 millones.
El mes pasado, Israel dedujo unos 35 millones de dólares de los ingresos fiscales palestinos que, según Tel Aviv, la AP utiliza para pagar los salarios de las familias de los presos y mártires palestinos.
Aunque la Autoridad Palestina esperaba que la ayuda exterior alcanzara los 210 millones de dólares en el primer semestre del año, sólo recibió 30 millones.
La ayuda internacional a la AP se ha interrumpido casi por completo en medio de las críticas por su incapacidad para celebrar elecciones desde 2006.
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