Etiopía derogó el martes el alto el fuego vigente desde el 29 de junio, que ponía fin unilateralmente a la ofensiva gubernamental contra los rebeldes de Tigray en el norte del país, informó la Agencia Anadolu.
El anuncio de poner fin a la tregua que el gobierno declaró en el conflicto con el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), se produjo en una declaración realizada por la oficina del primer ministro Abiy Ahmed.
Casi dos millones de etíopes han sido desplazados internamente debido al conflicto, mientras que decenas de miles huyeron al vecino Sudán.
La declaración instó a todos los etíopes a unirse a los militares del país en la lucha contra el TPLF, cuyas fuerzas atacaron el Comando Norte de las Fuerzas de Defensa de Etiopía estacionadas en todo Tigray, incluyendo en Mekele.
Al día siguiente, el 4 de noviembre, el gobierno etíope lanzó una amplia operación policial en todo Tigray, en la que murieron o fueron detenidos muchos de los principales dirigentes del TPLF. La insurgencia ha continuado a pesar de ello y ahora se está expandiendo hacia el sur, el oeste y el este, hacia las regiones vecinas de Amhara y Afar.
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"Continúan los asesinatos y los saqueos de las comunidades de las regiones vecinas de Amhara y Afar", dice el comunicado.
"Han impedido a los agricultores cultivar sus tierras. Incluso han robado monasterios. Han impedido que los camiones de ayuda entren en Tigray", añadía el comunicado, que también acusaba al TPLF de prohibir la distribución de alimentos en Mekele a quienes no quisieran unirse a ellos.
"Sus dirigentes (del TPLF) han declarado con arrogancia que el objetivo y el propósito del TPLF es desintegrar Etiopía. Con la ayuda del apoyo extranjero, han decidido apretar el gatillo para una mayor destrucción".
Instó a la población a ser los "ojos y oídos del país para localizar y desenmascarar a los espías y agentes" del grupo insurgente.
La semana pasada, los combatientes del TPLF capturaron la histórica ciudad de Lalibella, que alberga iglesias talladas en roca del siglo XII.
Según Al Jazeera, el grupo supuestamente masacró a más de 200 civiles desplazados internos, entre ellos más de 100 niños refugiados en un campamento, lo que provocó la indignación en el país del Cuerno de África.
El TPLF ha estado bombardeando la ciudad de Woldiya en Wollo, estado de Amhara, durante los últimos dos días, según dijeron testigos presenciales a la Agencia Anadolu por teléfono, mientras las milicias locales intentaban repeler la ofensiva.