El partido tunecino Ennahda está dispuesto a iniciar una revisión radical de sus políticas para salvar el proceso democrático del país, según anunció ayer el ex presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi.
El portal web del movimiento citó a Ghannouchi diciendo que su partido había recibido el mensaje del pueblo", añadiendo que "emprenderá valientemente la autocrítica".
"La mejor solución en Túnez es sólo a través del diálogo", subrayó, advirtiendo contra lo que describió como "canales árabes que demonizan la democracia tunecina y que interfieren claramente para destruir la primavera tunecina".
Esto se produce semanas después de que el presidente tunecino Kais Saied se acogiera al artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro Hicham Mechichi, congelar el trabajo del Parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
Sus acciones se produjeron tras las violentas protestas que estallaron en varias ciudades tunecinas, criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
La mayoría de los partidos políticos del país tacharon la medida de "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011.
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