El Presidente de Túnez, Kais Saied, que suspendió el Parlamento y destituyó al primer ministro el mes pasado, declaró ayer que los asuntos y las instituciones del Estado funcionan "con normalidad", a pesar de que el país atraviesa "circunstancias excepcionales".
Tras asumir los poderes ejecutivos, Saied se reunió ayer con el ministro de Educación, Fethi Sellaouti, y con varios funcionarios responsables de la educación, los planes de estudio y los libros de texto. Tras la reunión, el presidente dijo que se está prestando atención a todos los sectores controlados por el Estado.
Añadió que las "medidas" que tomó fueron "necesarias por el peligro" que se convirtió en "una realidad cotidiana" en el país. "Estas medidas fueron tomadas en un marco constitucional y legal, y no son un golpe de Estado como algunos pretenden. No soy partidario de los golpes, sino de la aplicación de la ley".
La mayoría de los partidos políticos tunecinos denunciaron la actuación de Saied y las medidas excepcionales que impuso. Algunos la calificaron de "golpe de Estado contra la Constitución", mientras que otros la alabaron como una medida "correctiva" necesaria ante las crisis excepcionales que atraviesa el país en los sectores político, económico y sanitario.
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