Al menos 28 personas murieron y 79 resultaron heridas por la explosión de un depósito de combustible en el norte de Líbano esta madrugada, según anunció el Ministerio de Sanidad, informa Reuters.
Fuentes militares y de seguridad dijeron que el ejército había incautado un tanque de almacenamiento de combustible escondido por comerciantes ilegales y estaba repartiendo gasolina a los residentes cuando se produjo la explosión.
Líbano sufre una grave escasez de combustible, que ha provocado largas colas en las gasolineras y prolongados apagones. La catástrofe se produjo en la localidad de Altalil, en la región de Akkar, una de las zonas más pobres del Líbano.
Unas 200 personas se encontraban en las inmediaciones en el momento de la explosión, según testigos presenciales.
El Ministro de Sanidad provisional, Hamad Hassan, dijo que los casos más graves de quemaduras probablemente necesiten un tratamiento rápido en el extranjero para salvar sus vidas.
Entre las víctimas se encuentra personal del ejército y de las fuerzas de seguridad, según las fuentes.
Los relatos sobre la causa de la explosión son variados.
"Hubo un tumulto de gente, y las discusiones entre algunos de ellos provocaron disparos que alcanzaron el tanque de gasolina y lo hicieron explotar", dijo una fuente de seguridad.
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El canal de televisión local Al-Jadeed informó, a través de testigos presenciales, de que la causa fue una persona que encendió un mechero.
Abdelrahman, cuya cara y cuerpo estaban cubiertos de gasas mientras permanecía en el hospital al-Salam de Trípoli, era uno de los que hacían cola para conseguir gasolina.
"Había cientos de personas reunidas allí, justo al lado del tanque, y sólo Dios sabe lo que les pasó", dijo.
El padre de otra víctima del hospital dijo que tenía otros dos hijos que aún no había localizado.
La Cruz Roja ha dicho que sus equipos siguen buscando en el lugar de la explosión.
Los residentes de Akkar, enfadados, se han reunido en el lugar y han prendido fuego a dos camiones de basura, de acuerdo con un testigo de Reuters.
Con el Líbano sumido en una profunda crisis económica, los hospitales han advertido que la escasez de combustible puede obligarles a cerrar en los próximos días, y también han informado de la escasez de suministros de medicamentos y otros artículos de primera necesidad.
"La masacre de Akkar no es diferente de la masacre del puerto", dijo el ex primer ministro Saad al-Hariri en Twitter, refiriéndose a la masiva explosión del año pasado en el puerto de Beirut. Pidió a los funcionarios libaneses, incluido el presidente, que asumieran su responsabilidad y dimitieran.Hariri es el principal político musulmán suní, la religión dominante en el norte de Líbano, y ha estado en abierta oposición al presidente libanés Michel Aoun.
Aoun expresó sus condolencias, escribiendo en Twitter que "esta tragedia que ha ocurrido a nuestro querido Akkar ha hecho sangrar los corazones de todos los libaneses". Añadió que pedía a la justicia que investigara las circunstancias que provocaron la explosión.