La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) advirtió ayer que más de 30.000 refugiados palestinos se han vuelto más "vulnerables" tras los recientes combates en Daraa, al sur de Siria.
El 25 de junio, las fuerzas del régimen sirio y las milicias afiliadas asediaron la ciudad de Daraa después de que los grupos de la oposición se negaran a entregar las armas ligeras según un acuerdo de 2018, que se limitaba a entregar las armas pesadas y medianas.
La UNRWA dijo en un comunicado que los intensos bombardeos y combates desde el 29 de julio han causado la pérdida de vidas, lesiones y el desplazamiento de cientos de familias vulnerables y han reducido su capacidad de proporcionar servicios vitales.
Según el comunicado, más de 600 familias de refugiados palestinos -3.000 individuos- residen ahora en el campamento o en sus alrededores, con más de la mitad de las familias viviendo dentro del campamento, donde las condiciones humanitarias son terribles.
El comunicado señala que el cierre del principal paso humanitario -Saraya- el 30 de julio, agotó las reservas médicas y de alimentos, incluido el pan, desde el 2 de agosto, y añade que también se dice que el agua y la electricidad están completamente cortadas dentro del campamento, lo que ha llevado a detener el trabajo necesario para preparar el regreso de los niños a las escuelas de la UNRWA.
La agencia de la ONU hizo un llamamiento a todas las partes del conflicto para que garanticen un acceso humanitario sin obstáculos y protejan a los civiles y a las infraestructuras civiles, incluidos los servicios e instalaciones de la UNRWA en la gobernación.
"El punto de cruce de Saraya, que permite el paso de personas y mercancías, debe permanecer abierto para permitir el acceso de los refugiados de Palestina a los servicios básicos", añadió.
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