El parlamentario yemení Ali Al-Maamari advirtió ayer a Arabia Saudí de las implicaciones de una controvertida decisión que podría llevar a la deportación de cientos de miles de ciudadanos yemeníes que trabajan y residen en las provincias fronterizas del sur del reino.
"Durante casi diez décadas, las relaciones entre Yemen y Arabia Saudí, a pesar de las dificultades a las que se enfrentaron, siguieron siendo un modelo de relación distinguida entre dos antiguos pueblos árabes, con denominadores comunes moldeados por las necesidades de la geografía y una historia común", escribió Al-Maamari en un post de Facebook.
"Está claro que dejará profundas cicatrices, sobre todo porque se produjo a la luz de la asfixiante crisis humanitaria que sufre nuestro país, impuesta por una guerra local de dimensiones regionales que afecta a todos", añadió.
Sus comentarios se producen después de que a finales del mes pasado se informara de que algunas universidades saudíes habían despedido a más de un centenar de académicos tras la rescisión de sus contratos y de que las autoridades locales habían ordenado a las empresas de las provincias de Jazan, Aseer, Baha y Najran que rescindieran los contratos de trabajo y los patrocinios de los expatriados yemeníes.
LEER: 180.000 niños de Gaza regresan a escuelas dañadas
El diputado también criticó al gobierno yemení con sede en Riad, declarando: "Lo que es aún más lamentable es esta incapacidad mostrada por el gobierno yemení para ocuparse de los intereses de los expatriados yemeníes en el extranjero, especialmente cuando el país está atravesando una circunstancia excepcional y difícil y una crisis humanitaria asfixiante."
"Quizá no se da cuenta de que así está presionando para aislarse de la representación de los intereses de la sociedad y consumir su legitimidad ante el pueblo yemení". También dijo que no era lógico ni razonable que el gobierno reconocido internacionalmente permaneciera en el reino mientras no fuera capaz de detener la deportación de sus ciudadanos.
Según el Sana Center, la nueva política de Riad no se limita a la saudización de su mano de obra, sino que es una medida punitiva específicamente contra los yemeníes, ya que muchos dependen de la ayuda económica de sus familiares que trabajan en el reino. Esperan que pueda presionarlos para que se pongan del lado de las autoridades de facto dirigidas por los hutíes en la capital, Saná.