El Parlamento libanés se reunirá el viernes para debatir qué hacer con la crisis de combustible que ha paralizado gran parte del país y desatado una violencia mortal, informa Reuters.
El presidente del Parlamento, Nabih Berri, ha convocado la sesión para debatir las "medidas apropiadas" para hacer frente a la escasez de combustible, un punto crítico en el colapso financiero de dos años que marca la peor crisis del Líbano desde la guerra civil de 1975-90.
Se disparó una granada propulsada por cohete cerca de una gasolinera de Beirut durante una disputa por la gasolina, dijo una fuente de seguridad. Los hombres armados abrieron fuego contra los soldados que habían detenido a un hombre que intentaba llenar su coche por la fuerza. La estación se incendió.
La crisis del combustible, que no deja de agravarse, ha tocado fondo en la última semana, con apagones que han obligado a reducir o cerrar algunos hospitales, panaderías y negocios.
Un alto funcionario de la ONU dijo que el suministro de agua y los servicios sanitarios esenciales estaban amenazados, advirtiendo de una catástrofe humanitaria. "Una mala situación sólo puede empeorar si no se encuentra una solución inmediata", dijo Najat Rochdi, coordinador humanitario de la ONU para el Líbano.
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La semana pasada, el banco central anunció que no podría seguir financiando las importaciones de gasolina y gasóleo a tipos de cambio muy reducidos, poniendo fin a un plan de subvenciones que promete un fuerte aumento de los precios.
El gobernador Riad Salameh ha estado en desacuerdo con el gobierno sobre la medida, ya que el gobierno dice que debería haberse hecho sólo después de la provisión de tarjetas de prepago en efectivo para los pobres.
Salameh ha dicho que sólo podrá reanudar las subvenciones a las importaciones si se aprueba una ley que le permita recurrir a las reservas obligatorias.
La crisis ha provocado un renovado impulso por parte de los políticos libaneses en disputa para llegar a un acuerdo sobre un gabinete que pueda empezar a abordar la crisis financiera, que ha deprimido la moneda en más de un 90%. "Todavía nos quedan algunos metros en la carrera, pero si Dios quiere lo estamos resolviendo adecuadamente", dijo el primer ministro designado, Najib Mikati, tras reunirse hoy con el presidente Michel Aoun.
A pesar del aumento de la pobreza, la élite gobernante del Líbano no ha conseguido formar un nuevo gabinete desde que el Primer Ministro Hassan Diab dimitiera tras la devastadora explosión del puerto de Beirut del año pasado.
La semana pasada se repitió la violencia en las gasolineras. Al menos 28 personas murieron en el norte de Líbano el fin de semana cuando un camión cisterna de combustible explotó mientras la gente se apresuraba a conseguir una parte.