El movimiento tunecino Ennahda exigió el cese del bloqueo al Parlamento, el nombramiento de un primer ministro, el fin del asedio a la sede del gobierno en la capital y la rápida vuelta al trabajo de acuerdo con las disposiciones de la Constitución.
En un comunicado emitido tras una reunión de su oficina ejecutiva celebrada ayer, el movimiento destacó "la necesaria e inmediata necesidad de asignar un gobierno de competencias nacionales, levantar el asedio a la sede del gobierno en la Kasbah y abstenerse de obstruir el trabajo de las instituciones del Estado".
La declaración añadía que el hecho de seguir sin asignar un primer ministro y poner fin al asedio de su sede "perturba el funcionamiento normal del Estado, lo que provoca retrasos en el cumplimiento de los intereses de los ciudadanos".
El comunicado pide al presidente Kais Saied "que levante la congelación del Parlamento tunecino, que vuelva rápidamente a trabajar de acuerdo con la Constitución, y que ponga fin a este estado de grave incumplimiento que supone una gran amenaza para la continuación de nuestra trayectoria democrática, una violación de los derechos y las libertades, y un atentado contra los principios más básicos de la república y la separación de poderes."
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La declaración recordó a Saied que "las crisis políticas sólo pueden resolverse mediante el diálogo", señalando que "la responsabilidad nacional reside en preservar la unidad de los tunecinos y su paz civil, además de retomar la vía democrática, proteger los intereses superiores del país y abstenerse de arrastrarlo a conflictos regionales e internacionales que se apartan de la posición histórica de Túnez".
El movimiento expresó su "rechazo a todas las medidas arbitrarias de arresto domiciliario sin autorización judicial y sin explicaciones, y a que se impida viajar a decenas de miles de tunecinos en función de sus cargos profesionales o de sus militancias políticas o de derechos humanos".
Por otra parte, el comunicado advirtió de los "desastrosos efectos económicos y financieros de la difícil situación política que atraviesa el país".
El movimiento instó a "todas las fuerzas políticas y organizaciones nacionales y de derechos humanos a responder al llamamiento al diálogo para defender la democracia tunecina y hacer frente a todas las violaciones de los derechos fundamentales de los tunecinos".
Ennahda felicitó a "todas las instituciones gubernamentales, las administraciones públicas y los organismos estatales por sus esfuerzos para preservar el Estado tunecino y los servicios públicos, y garantizar la continuidad del nivel mínimo de los servicios públicos."
El 25 de julio, el presidente tunecino Kais Saied se acogió al artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro Hicham Mechichi, congelar el trabajo del Parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades de Túnez criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
La mayoría de los partidos políticos del país tacharon la medida de "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011.