Tras días de especulaciones sobre su paradero, el presidente afgano Ashraf Ghani reapareció en los EAU entre acusaciones y amargas condenas de que el mandatario de 72 años huyó con unos 169 millones de dólares y traicionó a su pueblo.
Los EAU confirmaron ayer en un comunicado ministerial que la nación del Golfo acogía a Ghani y a su familia "por motivos humanitarios". Se preguntaba por su paradero durante la toma relámpago de Kabul por parte de los talibanes. Se especulaba que había huido a Tayikistán, Uzbekistán u Omán.
Ghani afirma que no tuvo otra opción que huir para evitar un derramamiento de sangre. "Si me hubiera quedado, estaría presenciando un derramamiento de sangre en Kabul", dijo Ghani en un vídeo difundido ayer en Facebook, en sus primeros comentarios públicos desde que Abu Dhabi confirmó que estaba en los EAU.
Ghani también afirma que se fue por consejo de los funcionarios del gobierno y explicó que Kabul se habría convertido en otro Yemen o Siria debido a las luchas de poder si se quedaba.
Durante el discurso transmitido en directo, Ghani dijo que estaba en consulta sobre su regreso a Afganistán y que apoyaba las negociaciones entre los talibanes y los antiguos altos cargos del gobierno.
"Apoyo la iniciativa gubernamental de las negociaciones en curso con Abdullah Abdullah y el ex presidente Hamid Karzai. Deseo el éxito de este proceso", dijo. "Estoy en consulta para mi regreso a Afganistán para poder continuar los esfuerzos por la justicia, los verdaderos valores islámicos y nacionales".
Se había informado de que Ghani había abandonado la capital afgana el domingo con cuatro coches y un helicóptero llenos de dinero en efectivo y que tuvo que dejar parte de él atrás porque no cabía todo. El embajador afgano en Tayikistán dijo que Ghani escapó con 169 millones de dólares y describió su huida como "una traición al Estado y a la nación". Pidió a la policía internacional que lo detuviera.
"Me fui sólo con un chaleco y algo de ropa", dijo Ghani, negando ayer las acusaciones. "Las acusaciones son mentiras sin fundamento. Incluso se puede preguntar a los funcionarios de aduanas: no tienen fundamento", añadió.
Los estados del Golfo están en consulta sobre la postura que deben adoptar hacia Afganistán bajo el régimen talibán. Los EAU son una de las tres naciones, junto con Arabia Saudí y Pakistán, que reconocieron el anterior régimen talibán, que dirigió Afganistán de 1996 a 2001.
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Con la excepción de Qatar, que desempeñó un destacado papel de mediador, se dice que los países del CCG han sido cogidos por sorpresa. Riad y Abu Dhabi intentaron inicialmente desempeñar el papel de mediadores, pero fracasaron estrepitosamente debido al rechazo de los talibanes a lo que consideraban la presión ejercida sobre ellos por ambos países. Fue entonces cuando Qatar asumió el papel de mediador.
Se dice que Riad y Abu Dhabi se encuentran ahora en un pequeño dilema. En declaraciones a la BBC árabe, Hussein Ibish, investigador del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington, dijo que Riad y Abu Dhabi no estaban "contentos" con la nueva situación afgana. Describió a Qatar como un "doble ganador", en primer lugar por su simpatía con la ideología de los Hermanos Musulmanes y, en segundo lugar, porque pudo asegurar su posición como mediador clave entre los talibanes y Washington.
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Ibish describió los acontecimientos que se están produciendo en Afganistán como un gran golpe para los países del Golfo, especialmente para aquellos que no son amigos de lo que él llama pensamiento islámico, señalando a Arabia Saudí y los EAU. En declaraciones a la BBC, explicó que el control del gobierno por parte de los talibanes animará a los islamistas a expandirse. Afirmó que el control de los talibanes refuerza la idea del éxito de cualquier proyecto político islámico y constituye una herramienta eficaz para movilizar a los combatientes islámicos para que tomen el poder.
Qatar ha pedido un traspaso de poder pacífico, que garantice la seguridad de los civiles.
Los Emiratos Árabes Unidos, cuyas fuerzas participaron en operaciones militares contra los talibanes en una determinada etapa, pidieron a las partes afganas que se esforzaran por establecer la seguridad y la estabilidad con urgencia. Por su parte, los saudíes pidieron que se mantuviera la seguridad y se respetaran las decisiones del pueblo afgano.