El líder adjunto del movimiento Ennahda y ex primer ministro Ali Larayedh pidió ayer al presidente tunecino Kais Saied que acelere la suspensión de las medidas excepcionales en Túnez tras congelar la actividad del parlamento, destituir al primer ministro y anular la inmunidad de todos los diputados.
Larayedh instó al presidente a nombrar un jefe de gobierno lo antes posible, a levantar la congelación de las actividades parlamentarias y a implicar a las instituciones del Estado en el proceso de toma de decisiones, para así volver al estatus de plena legitimidad.
Subrayó la importancia de permitir la reanudación del trabajo de las instituciones del Estado en armonía y coordinación mutua, o de empezar a preparar unas elecciones legítimas anticipadas.
Añadió que Túnez atraviesa un periodo muy peligroso, ya que las instituciones legislativas y gubernamentales han quedado completamente congeladas, y la presidencia ha asumido los tres poderes. El país se encuentra ahora en una encrucijada, explicó, y el coste de salir de esta crisis aumenta cada día.
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El 25 de julio, Saied se acogió al artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro Hicham Mechichi, congelar el trabajo del Parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo como jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades de Túnez criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
La mayoría de los partidos políticos del país tacharon la medida de "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011.