Human Rights Watch (HRW) ha acusado hoy a Israel de violar las leyes internacionales de guerra, tras demoler cuatro edificios de varios pisos mediante ataques aéreos durante su asalto de 11 días a la Franja de Gaza en mayo.
El mortífero bombardeo causó la muerte de 253 palestinos, entre ellos 66 niños, y obligó a decenas de miles a huir de sus hogares.
"Los ataques israelíes, aparentemente ilegales, contra cuatro torres de gran altura en la ciudad de Gaza causaron un daño grave y duradero a innumerables palestinos que vivían, trabajaban, compraban o se beneficiaban de los negocios que allí se encontraban", señaló Richard Weir, investigador de crisis y conflictos de Human Rights Watch.
"El ejército israelí debe presentar públicamente las pruebas en las que dice basarse para llevar a cabo estos ataques".Entre los objetivos de varias plantas se encontraban la torre Al-Jawhara, de nueve plantas, en la calle Al-Jalaa, y el edificio Al-Jalaa, de 12 plantas, que albergaba la agencia de noticias Associated Press y varios otros medios de comunicación. El edificio era también el hogar de docenas de familias palestinas.
Israel ha afirmado que los rascacielos albergaban oficinas de los grupos armados palestinos, entre ellas el cuartel general de ciertas unidades, la inteligencia militar y, en una torre, oficinas para "el equipo tecnológico más valioso de Hamás" para utilizarlo contra Israel. Sin embargo, no se ha hecho pública ninguna prueba que respalde estas afirmaciones.
La destrucción del edificio de Al-Jalaa fue ampliamente considerada como un intento de silenciar a los periodistas que cubrían los ataques militares de Israel. En menos de una semana, Israel ha bombardeado las oficinas de al menos 18 medios de comunicación.
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HRW entrevistó a 18 palestinos que fueron testigos o víctimas de los ataques aéreos. Dijo que también revisó imágenes de vídeo y fotos después de los ataques, así como declaraciones de funcionarios israelíes y palestinos.
En su investigación, la organización de derechos humanos llegó a la conclusión de que no se encontraron pruebas de operaciones militares en los edificios cuando fueron atacados. También dijo que, incluso si los militantes estaban utilizando los edificios, Israel está obligado a evitar daños desproporcionados a los civiles.
"A lo largo de las hostilidades de mayo, los ataques ilegales israelíes no sólo mataron a muchos civiles, sino que también destruyeron torres de gran altura, acabando con decenas de negocios y hogares, lo que trastornó la vida de miles de palestinos", afirmó Weir. "La financiación de los donantes por sí sola no reconstruirá Gaza. Hay que poner fin al aplastante cierre de la Franja de Gaza, así como a la impunidad que alimenta los graves abusos actuales."