La salud de más de 1.000 presos políticos está en peligro en la Prisión Escorpión de Egipto, pues la sarna y otras enfermedades de la piel se están extendiendo.
Según un comunicado de la Red Egipcia de Derechos Humanos (ENHR), en las últimas semanas se ha producido un aumento significativo de las enfermedades de la piel entre los detenidos debido a que el tiempo que pasan fuera, al sol y al aire libre, es estrictamente limitado.
Las propias celdas tienen una grave falta de ventilación y sólo cuentan con pequeñas ventanas.
Un factor que contribuye a la propagación de la sarna, la psoriasis, la tiña y los hongos es que se impide la entrada de medicamentos y otros productos sanitarios utilizados para tratar estas afecciones.
Incluso el jabón está estrictamente limitado, ya que las autoridades penitenciarias reparten una pastilla cada pocos meses que se reparte entre los reclusos. El suministro de jabón en la tienda de la prisión es muy limitado y, cuando está disponible, los precios son elevados, por lo que resulta inasequible para algunos de los reclusos.
La excesiva humedad en el interior de las celdas, especialmente durante el verano, ha agravado el problema.
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La ENHR ha declarado que la rápida propagación de estas afecciones de la piel ha hecho saltar las alarmas ante un inminente desastre sanitario si no se aborda rápidamente el asunto, y ha afirmado que los presos políticos necesitan urgentemente atención sanitaria, medicamentos y productos de higiene adecuados.
El grupo de derechos acusa a las autoridades penitenciarias de un intento continuo y sistemático de matar a los detenidos.
Por cuarto año consecutivo se han prohibido las visitas a la prisión para algunos de los detenidos. Varios detenidos están en huelga de hambre desde principios de agosto en un intento de conseguir el derecho de visita y el derecho a hacer ejercicio.
El abandono persistente de los presos es una forma de tortura y un delito, afirma la ENHR.
La declaración se produce poco después de que el mismo grupo de derechos considerara a las autoridades de la prisión de Tora responsables de la muerte del preso político Tjuddin Abdel Qader-Allam, que sufrió un infarto tras negársele la asistencia médica.
En los últimos meses se han producido varios intentos de suicidio en las cárceles egipcias debido a la desesperación de los detenidos por las condiciones en las que se encuentran, en particular porque se les impide ver a sus familiares y seres queridos.
En respuesta al informe, un clérigo egipcio dijo públicamente que las cárceles egipcias son como centros turísticos con un nivel de vida escandalosamente alto, donde los presos son tratados como huéspedes y tienen acceso a diversos programas de rehabilitación.