El mayor partido del Parlamento tunecino expresó ayer su preocupación por lo que calificó de ambigüedad en torno al futuro del país después de que el presidente prorrogara indefinidamente las medidas de emergencia anunciadas hace un mes, informa Reuters.
En un principio, Ennahda calificó de golpe de Estado la toma de poderes por parte del presidente Kais Saied y la congelación del Parlamento, aunque sus últimas declaraciones se limitan a calificar sus medidas como una violación constitucional.
Un mes después de la intervención de Saied, éste no ha nombrado a un nuevo primer ministro o gobierno ni ha anunciado lo que piensa hacer a continuación, en medio de especulaciones generalizadas de que planea volver a redactar la Constitución democrática de 2014.
A última hora del lunes, la presidencia dijo que Saied prorrogaba indefinidamente las medidas sin dar más detalles, pero añadió que daría un discurso en los próximos días.
La crisis constitucional ha estallado mientras el país norteafricano se esfuerza por lidiar con una economía nefasta y una amenaza inminente para las finanzas públicas una década después de la revolución de 2011 que introdujo la democracia.
Estados Unidos y Francia, así como los partidos políticos tunecinos y el poderoso sindicato, han instado a Saied a nombrar rápidamente un gobierno y esbozar planes para el futuro.
Pero su intervención parece haber contado con un amplio apoyo popular.
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Durante el último mes, Saied ha sustituido a altos cargos de los gobiernos nacional y regional, de las agencias de seguridad y de otros organismos.
Ayer justificó la ampliación de sus medidas atacando al Parlamento. "Las instituciones políticas existentes y su funcionamiento son un peligro para el Estado. ... El propio Parlamento es un peligro para el Estado", dijo.
El líder de Ennahda, Rached Ghannouchi, es el presidente del Parlamento. El partido ha desempeñado un papel en los sucesivos gobiernos desde la revolución.
Cuando anunció su intervención el 25 de julio, Saied levantó la inmunidad de los miembros del parlamento. Desde entonces, varios de ellos, pertenecientes a partidos que lo apoyan y se oponen a él, han sido detenidos o puestos bajo arresto domiciliario por diversos cargos.
Ennahda pidió en su declaración que se pusiera fin a lo que denominó "abuso y violación de los derechos constitucionales" de los ciudadanos mediante detenciones y restricciones de viaje.