Las fuerzas de la oposición y sus familias han abandonado la provincia meridional siria de Daraa en virtud de una tregua mediada por Rusia, tras dos meses de asedio por parte del régimen de Assad.
La zona ha sido testigo de intensos combates en los tres años posteriores a un acuerdo anterior con la mediación de Moscú. Las fuerzas del régimen y las milicias aliadas respaldadas por Irán han bombardeado partes de la provincia en un esfuerzo por ponerla bajo el control total del Estado.
El acuerdo de 2018 permitía a las fuerzas de la oposición escapar al noroeste del país y un proceso de reconciliación para los que se quedaron a cambio de su rendición. Fue violado en numerosas ocasiones por el régimen de Bashar Al-Assad, incluyendo la tortura hasta la muerte de al menos 98 excombatientes rebeldes.
Las tensiones se dispararon a principios de este año cuando los residentes de Daraa se negaron a votar en las elecciones presidenciales sirias. El asedio se impuso cuando calificaron las elecciones como una farsa.
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Tras numerosas negociaciones y ceses de hostilidades fallidos, el aliado de Siria, Rusia, ha conseguido esta semana negociar un nuevo acuerdo con las fuerzas de la oposición en Daraa, similar al de 2018.
Aunque los términos no se han anunciado con claridad, en virtud de esta tregua los combatientes rebeldes vuelven a tener permiso para desplazarse a los territorios controlados por la oposición en el norte mientras se levanta el asedio temporalmente. Se espera que el régimen tome entonces el control total de la provincia de Daraa.
Ya se ha informado de que un centenar de combatientes de la oposición abandonaron la provincia en autobuses el martes; alrededor de cincuenta más y sus familias lo hicieron ayer. Los combatientes que quedan deben entregar sus armas y someterse al régimen y a un futuro incierto.
El reciente asedio y los combates, que obligaron a decenas de miles de civiles a huir de la provincia del sur, también revelaron las tensiones subyacentes de Rusia con el régimen de Assad y las milicias respaldadas por Irán en Siria. Aunque Moscú ha intentado actuar como mediador y ha instado a Assad a reconciliarse con la oposición, el régimen y las milicias han violado tales esfuerzos con el objetivo de retomar todos los territorios que aún están bajo el control de la oposición.