El Líbano se dirige hacia el colapso total a menos que se tomen medidas para remediar la crisis causada por su colapso financiero, según ha advertido hoy el Gran Mufti Sheikh Abdul Latif Derian, el clérigo musulmán suní de mayor rango del Estado, informa Reuters.
El colapso económico que comenzó en 2019 ha llegado a nuevas profundidades este mes, provocando una escasez de combustible que ha paralizado incluso los servicios esenciales y causando numerosos incidentes de seguridad que implican luchas por la gasolina.
El jefe de uno de los principales organismos de seguridad, el general de división Abbas Ibrahim, ordenó a sus oficiales que se mantuvieran firmes ante la crisis, diciendo que podría ser prolongada y advirtiendo del caos que se produciría si el Estado se colapsara.
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Las advertencias son algunas de las más contundentes de los funcionarios libaneses sobre la gravedad de la situación.
El ritmo acelerado del deterioro ha aumentado la preocupación internacional por un Estado que se reconstruyó tras la guerra civil de 1975-90 y que sigue profundamente dividido por las rivalidades sectarias y entre facciones.
El secretario general de la ONU pidió ayer la formación de un nuevo gobierno con carácter urgente.
Los políticos libaneses no se han puesto de acuerdo sobre el gobierno, mientras la moneda ha perdido más del 90% de su valor y más de la mitad de los libaneses han caído en la pobreza.
Incluso los medicamentos vitales son difíciles de encontrar. Los pacientes de cáncer a los que se les ha dicho que no se puede garantizar su tratamiento protestaron ayer.
"Tememos que (...) la paciencia de los libaneses se agote y que todos caigamos en la caldera del caos total, cuyas manifestaciones hemos empezado a ver en todos los ámbitos", dijo el jeque Derian durante un sermón del viernes en comentarios recogidos por la Agencia Nacional de Noticias.
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"El asunto requiere un tratamiento serio e inmediato", dijo. "De lo contrario, vamos realmente a lo que es peor y al colapso total", dijo, señalando los enfrentamientos que han estallado en algunas partes del Líbano.
El Banco Mundial afirma que se trata de uno de los peores colapsos jamás registrados. Entre sus causas fundamentales se encuentran décadas de corrupción en el gobierno y la forma insostenible en que se financió el Estado.
Los donantes extranjeros dicen que prestarán ayuda una vez que se forme un gobierno que emprenda reformas.
El gran muftí Derian instó al presidente Michael Aoun a intentar salvar lo que le queda de mandato.
"De lo contrario, iremos... al fondo del infierno", dijo, recordando la advertencia de Aoun el pasado mes de septiembre de que Líbano iría al infierno si no se formaba un gobierno.
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