Se han planteado serias dudas sobre la capacidad de Arabia Saudí para cumplir sus propios y ambiciosos objetivos climáticos. Los analistas han tachado los avances del Reino de "críticamente insuficientes", al tiempo que señalan que Riad no tiene ningún incentivo económico para abandonar los combustibles fósiles.
Gran parte de la culpa de la falta de progreso se ha atribuido al príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman. El gobernante de facto ha hecho varias promesas muy optimistas en respuesta a sus críticos, incluyendo la promesa de lanzar una "iniciativa verde".
A principios de este año, por ejemplo, Bin Salman prometió que el principal exportador de petróleo del mundo lideraría la "próxima era verde" y prometió que el 50% de la generación de energía de Arabia Saudí provendría de las energías renovables para 2030, y el otro 50% se alimentaría de gas.
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"Como uno de los principales productores de petróleo del mundo, somos plenamente conscientes de nuestra parte de responsabilidad en la lucha contra la crisis climática", dijo el príncipe, según el Financial Times, al presentar el plan en marzo. "Y al igual que [con] nuestro papel pionero en la estabilización de los mercados energéticos durante la era del petróleo y el gas, actuaremos para liderar la próxima era verde".
Sin embargo, los grupos climáticos se han mostrado muy escépticos sobre la intención de Bin Salman y la capacidad de Riad para llevar a cabo un plan tan optimista. Citando la falta de políticas o datos claros sobre sus emisiones, por ejemplo, el grupo de investigación independiente Climate Action Tracker ha calificado los compromisos climáticos de Arabia Saudí como "críticamente insuficientes".
"No está muy claro cómo pretenden alcanzar estos objetivos, no es muy transparente", dijo Mia Moisio, analista del NewClimate Institute, que ayuda a recopilar los datos del Climate Action Tracker. "Soy bastante cautelosa con los anuncios [del Reino]... No hay razón para que no sea posible en Arabia Saudí. Pero hay mucha inercia".
También se dudó de la capacidad de Riad para cumplir su promesa tras sus objeciones a algunos de los términos de un informe histórico de la ONU sobre el clima. Al parecer, los saudíes no estaban contentos con el uso del término "neto cero", que se refiere a alcanzar la neutralidad del carbono.
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Se esperaba que una pieza central de la revolución verde de Arabia Saudí fuera una inversión en energía solar. Sin embargo, no se han dado detalles sobre su progreso. Un experto comentó que la naturaleza de los proyectos saudíes, que se han ido deteniendo, ha desanimado a los posibles inversores. "El mercado es cínico: anunciaron el mayor proyecto solar del mundo hace tres o cuatro años y no salió nada".
Otros cuestionaron los motivos de Riad. "La realidad es que [los saudíes] no tienen ningún incentivo económico para abandonar la producción de combustibles fósiles en este momento", dijo Richard Black, asociado principal de la Unidad de Inteligencia sobre Energía y Clima.