El líder del movimiento tunecino Ennahda, Rached Ghannouchi, ha suspendido la afiliación del ex ministro Imed Hammami y lo ha remitido al comité disciplinario por lo que ha calificado de "transgresiones reiteradas de la política del movimiento". Esto se produce tras unas declaraciones de Hammami en las que apoyaba las medidas excepcionales aprobadas por el presidente Kais Saied en julio.
"Las medidas excepcionales adoptadas por el presidente Saied representan un terremoto y un choque positivo", dijo Hammami. "El jefe de Estado ha asumido su responsabilidad institucional para fortalecer a Túnez y devolverla al contexto de la búsqueda de una solución".
A principios de esta semana, Saied dijo que contaba con "la sinceridad de algunas personas", pero lamentó que "era una apuesta perdida, ya que su propósito no era respaldar al Estado, sino buscar poder y privilegios". Añadió que no temía a los que denominó "los partidos que negocian y manipulan y compran con dinero a algunos de los mercenarios que trajeron del extranjero".
Mientras tanto, el vicesecretario general de la Unión General de Trabajadores de Túnez, el mayor sindicato del país, ha pedido la formación de un gobierno transparente y coherente. Éste debe ponerse en marcha "lo antes posible", insistió Sami Tahiri.
Ennahda ha reconocido esta semana su responsabilidad en la crisis política del país, junto a los demás partidos que participaron en el gobierno.
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