El índice de criminalidad en Trípoli, la capital del norte de Líbano, ha alcanzado niveles alarmantes a medida que se agudiza el colapso económico del país.
La situación económica de los últimos años ha empujado a decenas de miles de personas a la pobreza y ha desencadenado grandes protestas contra el gobierno.
En Trípoli, el desempleo y la pobreza han aumentado hasta superar el 60% desde que el gobierno aplicó un estricto bloqueo para luchar contra las crecientes tasas de coronación.
Los ciudadanos temen salir por la noche debido a los incidentes de robo, extorsión y ataques armados que se han producido recientemente.
El alcalde de Trípoli, Riyad Yamak, dijo que las actividades delictivas habían aumentado en las dos últimas semanas y pidió al ejército y a los funcionarios de policía que aplicaran el toque de queda nocturno.
Según un informe, publicado anteriormente por el Centro Internacional de Datos del país, basado en los datos de las fuerzas de seguridad, los asesinatos aumentaron un 45,5% en enero y febrero de 2021. El informe señaló que los robos aumentaron un 144% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
El gobernador de Trípoli, Ramzi Nahra, declaró hoy a la Agencia Anadolu: "La crisis de Trípoli sólo llegará a su fin con el fin de la crisis de combustible y general en el Líbano".
"En cuanto los ciudadanos pierden sus necesidades básicas, comienza el caos y los incidentes son inevitables. Muchos de los pobres son también víctimas de estos incidentes criminales en muchas regiones", dijo Nahra.
Afirmó que se han tomado medidas para frenar el aumento de la delincuencia. "Hemos impuesto la prohibición de circular en moto por la ciudad desde las 22:00 horas de la noche hasta las 05:00 horas de la mañana. Hemos establecido puestos de control móviles en la ciudad por motivos de seguridad".
Subrayó que la mayoría de los problemas de seguridad recientes tuvieron lugar frente a las gasolineras, que no pueden satisfacer las necesidades de los ciudadanos.
"No se permitirá que la seguridad se descontrole. La seguridad es nuestra línea roja. No se permitirá que se acose a las personas que están a salvo en sus casas, ni que se les robe o intimide con armas", añadió Nahra.
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